Capítulo 12

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Los segundos dieron paso a los minutos, los minutos se convirtieron en horas, y en algún momento alrededor de las tres de la mañana, Jungkook se encontró en la misma silla en la que se había dejador caer antes.

No había dicho una palabra desde su conversación con la recepcionista. Namjoon había tomado el asiento a su izquierda, y sentado junto a él estaba Wheein, que tenía la cabeza apoyada en el hombro de su marido. Los dos tenían los ojos cerrados.

Jungkook envidiaba la paz que debían sentir en ese momento porque habría hecho cualquier cosa para poder escapar de la necesidad de saber lo que estaba sucediendo detrás de las blancas puertas dobles, a solo unos pasos de él. La gente iba y venía en la sala de espera. Eran examinados, sanados y mandados a casa con unas pocas píldoras, vivirían para ver otro día.

En cuanto a él, estaba esperando en una habitación con sus ojos fijos en una puerta con la esperanza de ver a la única persona que pensó que nunca querría volver a ver. Hyewon.

Era la única que podía conseguirle acceso, y había repasado todo tipo de conversaciones imaginables con ella, así que estaba preparado para cuando... decidiera salir.

Jungkook apretó los ojos y se pasó una mano por la cara. Se frotó sus ojos arenosos y luego miró el reloj en la pared. Horas. Habían pasado literalmente horas, y no sabía nada más de lo que le habían dicho al principio. Y en realidad, ¿cuáles son las probabilidades de que venga aquí y me diga algo más? Si era honesto, era la última persona con la que querría enfrentarse si la situación fuera al revés, y mientras esa dura verdad se asentaba en la boca de su estómago, sintió que la bilis se elevaba en su garganta.

—¿Jungkook?

Sin deseo de apartar los ojos de las puertas cerradas que conducían a los pasillos interiores del hospital, no se molestó en girar la cabeza. Permaneció callado y concentrado. Ahí fue cuando una mujer con una bata de laboratorio blanca y un vestido negro se puso delante, bloqueando su vista de la puerta. Levantó la cabeza, listo para decirle que se apartara del camino, pero cuando su visión se aclaró, la doctora resultó ser alguien que conocía. Estaba casi sorprendido pese a su dolor al ver quién estaba parado frente a él.

—¿Jungkook? —repitió, inclinándose para tocarle el hombro.

—¿Nancy?

Ella le sonrió con una sonrisa triste mientras intentaba averiguar lo que le estaba pasando.

—Hola.—Parpadeó un par de veces, y cuando no podía pensar en nada que decir, ella le ofreció una mano. —¿Quieres venir a dar un paseo conmigo?

La rubia atrevida que conoció hace algunas semanas en la noche de juegos, no se encontraba por ningún lado. En su lugar había una doctora muy profesional. Pero Jungkook no se movía. Sacudió la cabeza y se apartó de ella.

—No. Estoy esperando.

Ella volvió a ponerse delante y se puso en cuclillas para que estuvieran al mismo nivel, y mientras le hacía un ligero gesto de asentimiento, le dijo.

—Lo sé —le colocó una mano en la rodilla y apretó suavemente—. No sé si Namjoon te lo dijo, pero aquí en el hospital soy neumóloga —cuando estaba claro que no iba a decir nada, ella dijo:—. Ven, vamos a dar un paseo —y se enderezó.

Cuando la miró, la expresión en sus ojos finalmente lo hizo ponerse de pie en silencio.

Namjoon y Wheein seguían descansando y no quería despertarlos. Nancy miró a los dos y sonrió.

Let Me Trust You || JinKookJinWhere stories live. Discover now