𝖂𝖎𝖓𝖙𝖊𝖗𝖈𝖎𝖗𝖈𝖚𝖘

16

Jimin estaba un tanto incómodo en el colchón al que llamó piedrita, era cerca de la medianoche cuando despertó por el incansable frío, la sábana que cubría su cuerpo no estaba ayudando porque nisiquiera lo cubría por completo ya que debía compartirla con jungkook y se había preocupado más por arroparlo a él. Se levantó con cansancio, sosteniendo su brazo izquierdo tras un dolor punzante, de inmediato se regañó a si mismo por dormir encima de este, se dirigió al gabinete postrado casi al lado del colchón para averiguar que conseguía, extrañamente tras rebuscaba encontró una vela un tanto quemada pero aún servía, el problema era que no tenía un cerillo.

-diablos, mi fuente de calor depende de una vela -habló molesto para sí mismo a la par que arrojó la vela dentro del gabinete-

Sin darse cuenta, estaba haciendo una tierna pose de tetera al tener sus manos postradas a sus caderas como si estuviera molesto con cada cosa que estuviera amenazando su espacio personal, arrugó sin sentido alguno la nariz intentando pensar en como calentarse, pensar tanto le iba a quemar las neuronas, pero de igual manera los humos no lo calentaban.

-maldito país del demonio, hace un frío del carajo...

Inevitablemente se abrazó a si mismo con cierta tristeza en el rostro, estaba frustrado de ya ni siquiera tener algo que hacer, tan pensativo estaba que no se estaba dando cuenta de que caminaba en círculos torpemente sin importarle que había en su camino.

-sólo quiero irme a casa...

Aún pasando la vista por esa tétrica ventana abarrotada, pudo admirar la belleza de la luna, se le hacía fácil entender porqué a jungkook le encantaba tanto la oscuridad o la noche, era la mejor manera de huir de todos sin que supieran a dónde fuiste ¿había sido el error de su vida haber querido buscar un mejor lugar en el cuál triunfar?

-¿quien eres?

Aquella preciosa voz...

-¿Es mi culpa que llores?

Tan inocente de la vida, tan perfecta que le erizaba los sentidos hasta ponerlo en coma.

Su Jungkook...

El nombre por el cual había anhelado desde tiempos atrás.

Era lo único bonito que tenía en toda su terrible existencia.

-¿ni te conozco y piensas que lloro por tí?

Jungkook jamás sentía nada por palabras así mientras fuera Jimin quién las dijera, pero odiaba con el alma cuando alguien trataba a Jimin de la misma manera en la que lo hacía.

Era su propiedad, su objeto, nadie tenía el maldito derecho de tocarlo, siquiera mirarlo a los ojos. Esos dulces ojos color miel sólo podían mirarlo, jamás debían apartarse.

-me molesta verte llorar.

-vete, no te conozco.

Allí estaba de nuevo, en ese agrio momento dónde me arrepentía de todas las maneras haber desconocido a jungkook. Inevitablemente comencé a llorar porque este no era yo, no era un niño para llorar por alguien, era un adolescente, punto...

-ridículo.

Mi único lugar seguro comenzaron a ser sus brazos una vez se acercó a mí, el chico que jamás había tocado a nadie, miraba a todos con asco y sentía repudio de sólo pensar en estar en el mismo lugar con alguien de clase alta, aún cuando provenía de allí.

-eres mío... -un adolescente lo estaba reclamando como suyo en pleno callejón, un poco irónico-

-¿quien eres? -preguntó como por tercera vez, está vez aferrándose a sus brazos-

-me llamó Jungkook, simplemente así, no tengo apellido.

Mentiroso, si tenía.

-eres un Jeon, por el puro rostro se te nota. Eres uno de esos riquillos de los barrios altos

Aún cuando era así, no podía alejarme de sus cálidos brazos, básicamente ahora que vivía en la calle debía mantenerme de gente como él, sonaba un tanto terrible.

-lo era... Por tí me vuelvo un mendigo.

-¿te enamoraste de mi acaso? -contestó un tanto burlón, no se esperó que Jungkook lo tomara del mentón tan suavemente para juntar sus narices, se había enrojecido ferozmente por esa diminuta acción, diablos sus ojos eran un pecado de la vida-

-no me alcanzarían las afirmaciones...

No... Jamás se iba a arrepentir de haber dejado su país, de no ser así jamás hubiera conocido a jungkook, su vida nunca hubiera sido de la misma manera en la que es hoy

En un callejón de Bélgica fué que nos conocimos...

Se me salían sonrisas estúpidas de tan sólo recordar el pasado que tenía con jungkook, era un tanto caótico porque al principio no entendía como lidiar con sus personalidades alternas de la esquizofrenia o como hacer que no durmiera en medio de un campo porque le gustaba estar en la oscuridad aún cuando hicieran dos o tres grados bajo cero, después de que elegí el camino de mi vida a su lado, jamás me quise apartar de ese destino al que me estaba auto conduciendo.

Jamás me podrían alcanzar las palabras para agradecerle a jungkook por haber puesto de su difícil parte en cuidarme, me alimentó por su cuenta aún cuando habían dias en las que el no comía sólo por atenderme a mí, me buscó un lugar donde pasar las mejores noches de risas y sueños a su lado, si deseaba el mejor gorro del pueblo o algún collar caro, sólo por verme con una sonrisa en el rostro, iba y lo robaba para mi...

¿Que hubiera sido de mi?...

Sin Jungkook

-ya estaría muerto...

Le dolía la cabeza de tanto recordar cosas por un buen rato, ahora sí podía decir que se le habían quemado las neuronas de tanto pensar, volteó para regresar al colchón e intentar acurrucarse contra en cuerpo de jungkook, bueno, a ver si no moría aplastado o asfixiado por el en su intentando de buscar abrigo. Su vista notó algo de reojo que le llamó un tanto su atención, por unos momentos no supo reconocer que era pero estaba pegado a la puerta y era grande.

Era como una silueta...

Se le quedó viendo intentando descifrar si era real o era que tenía alguna brosa de tierra en los ojos, sus piernas temblaron cuando lo que fuera que estuviera en la puerta se movió un paso adelante. Se le cortó el aire de raíz por el pánico de ese momento

-¿que mierda?...

Allí estaba, el mismo diablo salió de las sombras a terminar de joder su vida.

-¿disfrutas la noche con mi hijo? Park Jimin...