Era la primera vez que se sentía lo suficientemente importante para hacer algo sobre aquello.

Finalmente había comprendido que... Era el omega de Harry.

De Harry.

Ese alfa líder y poderoso que bramaba órdenes haciendo mala cara cuando alguien caminaba lo suficientemente cerca de ellos.

Louis realmente había analizado sus cartas en aquella jugada y sabía que tenía altas probabilidades de ganar.

Así que solo siguió esperando con aparente tranquilidad.

Tenía la tableta táctil que había recibido días atrás en sus manos mientras realizaba cuentas. Harry le había explicado bastante bien para haber dicho que se le daba pésimo, pero era más que se desesperaba con facilidad y era cero fanático de la paciencia.

Louis acomodó nombres en una tabla numerada que aparecía en la pantalla, se fijó bien en las cantidades y anotó todo lo que Harry había mencionado era importante resumiéndose a las ganancias, el tipo de mercado y la ubicación.

Literalmente era el registro de las líneas de mafias alrededor del mundo. Y él lo tenía ahí, en sus manos... Él, que no llevaba más de algunos cuantos meses al lado de Harry. Louis se preguntó cuánto era que el alfa confiaba en él y luego entendió, que quizás la misma confianza que depositaba él en Harry, Harry lo hacía también con él.

Y era bastante increíble y apreciable.

Aunque Louis no tenía conocimiento alguno de todo ese mundo, lo estaba haciendo. Porque quizás en el fondo, sentía que ese era su lugar.

Louis realmente repudiaba y odiaba aquellas enormes cantidades en el pequeño cuadro que tenía como encabezado "omegas". Los números parecían no dejar de subir al hacer las cuentas y eso solo estaba provocando náuseas y malestar, porque eso existía, los suyos eran vendidos y usados como simple mercancía.

Y así bajó línea por línea. Leyendo apellidos, dígitos y demás hasta llegar al final, donde se topó, de manera casi increíble, con ceros.

Ceros en el maldito espacio de "omegas".

Alzó una ceja al observar que el mercado de aquella línea Japonesa se basaba mayormente en el tráfico de armas y drogas con cantidades en ganancias que eran realmente descomunales, sin al parecer meterse en el mercado de omegas. Louis tuvo que dejar aquel dato en una nota extra y mover el nombre de aquel mafioso a lo alto de la fila del mercado de armas y drogas.

Estaba tentado a buscar información sobre él cuando la puerta de la habitación se abrió, Louis levantó la mirada y Harry le sonrió, cerrando la puerta a sus espaldas.

El alfa se acercó y besó su frente con suavidad sentándose luego a su lado—. ¿Tedioso? —inclinó suavemente la cabeza en dirección a la tableta.

Louis contuvo sus ganas de ser jodidamente sincero, pero suspiró para sonreír suavemente también—. Entretenido, más que nada. ¿Tú que tal?

—Dejé a Niall allá abajo arreglando algunos líos, no tienes idea de lo difícil que es tenerle en la misma habitación —soltó un suave bufido pareciendo irritado—. Siempre tiene algo para decir, nunca se calla y alega por todo. Intentó sermonearme porque dije que sus cuadros iban bien con las paredes blancas, él aseguraba que no eran blancas, sino color crema.

Louis sonrió—. ¿Intentó?

—Sí. Se detuvo luego de dos minutos sin parar, porque le gruñí.

Entonces el omega soltó una risita, provocando que el alfa sonriera también. Escuchar a su omega reír de aquella manera era un pequeño lujo que pocas veces tenía el placer de disfrutar.

Luna de Sangre Where stories live. Discover now