Capítulo 11

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Finalmente, Louis se dio cuenta de que podía acostarse en la cama de un alfa purasangre con el mero propósito de dormir.

Habían pasado ya algunas semanas, Louis realmente no tenía una cuenta exacta.

Lo único que podía tener en claro era que con cada día que se agregaba a la lista imaginaria, Louis se preguntaba que tan real era que Harry era un purasangre mafioso, despiadado y maligno como había leído en algunos libros.

Y entonces recordaba lo que Harry le hacía dicho...

"Soy malo, pero no contigo."

Estando en la casa, siempre había tiempo de sobra. Lo único que hacían todos en conjunto era comer en el comedor tres veces al día como Harry le había dicho, y eso si Michael no se ponía de caprichoso y se levantaba de la mesa a media comida llevándose a Luke detrás suyo.

Louis prefería quedarse en la habitación leyendo enfrente de esa cálida chimenea encima de las mantas que olían a Harry. El purasangre por su parte, sabiendo que su presencia todavía no era del todo bien recibida, sólo aparecía un par de veces al día para preguntarle a Louis si todo iba bien o si necesitaba algo. Louis a veces fruncía el ceño, extrañándose, otras veces sólo asentía bajo la atenta mirada verde del alfa

Y por alguna razón dejó de tener miedo. Dejó de preocuparse, dejó de mirar a Harry como una amenaza. Porque el alfa no parecía tener intención alguna de hacerle daño. Siempre estaba allí, prestándole atención y ofreciéndole cualquier cosa que necesitara. Louis notó rápidamente que el interés de Harry era solo eso, interés. Le veía tomando detalle de cada uno de sus movimientos y a Louis no le molestaba porque le envolvía un calido sentimiento cuando Harry le repetía que era su omega.

Y aunque Louis se negara a ello, sabía aceptar las cosas. Harry estaba enamorado de él. Como un alfa lo está de su omega. Leía sobre alfas, sobre purasangres, sobre uniones, sobre sentimientos, y cada palabra se ponía calida y dulce cuando se relacionaba un omega con un alfa.

"Un alfa cuida de su omega. Un alfa se preocupa por su omega. Un alfa protege a su omega. Un alfa le habla bajo a su omega. Un alfa ama a su omega."

Y en lo único que a veces podía enfocar su mente era Harry, llamándolo su omega. Sonriendole apenas, con ojos brillantes y movimientos suaves para no ponerle nervioso.

Se sorprendía a sí mismo sintiéndose más tranquilo cuando sentía la fragancia del alfa alrededor. Su aroma a madera humeda o brisa en el bosque, combinada al tabaco impregnado en su ropa.

Y Louis trataba de mantenerse cuerdo. Porque sabía que no era normal despertar y simplemente aceptar de buena gana que se encontraba ahí. No era normal aceptar que le había privado da su libertad. No era normal que se estuviese familiarizando tanto.

No debía hacerlo. Él sabía lo que tenía que hacer, por lo que estaba esperando. Por lo que seguía sonriendole a Harry, por lo que seguía fingiendo que no le molestaba que dijese que era su alfa, por lo que seguía guardándose cada sentimiento que fluía con coraje dentro suyo.

Por lo que seguía soportando aquella estúpida situación del alfa y el omega.

Por lo que se seguía resistiendo a caer en ese juego. A veces, su naturaleza iba por encima suyo y creía que iba a perder la cabeza.

Contaba los días, las horas y hasta los minutos pero al cabo de un rato volvía a perder la cuenta. A veces, lo único que tenía en mente era la situación de sus hermanos. ¿Estarían bien? ¿Qué había de sus padres? Todo aquello le carcomía por dentro, y era demasiado.

Por suerte, el tiempo libre también servía para pensar. Para hacer planes, para detallar todo el alrededor. Estaba seguro de que encontraría una manera de ir a casa.

Luna de Sangre | Larry StylinsonWhere stories live. Discover now