Capítulo 26

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Las nubes estaban grises en el cielo que cubría la bonita Irlanda, el clima del día era algo húmedo y el barullo alrededor de la pequeña pista en el aeropuerto, donde todo el mundo estaba ocupado yendo de un lado a otro alistando los últimos detalles del vuelo casi próximo, no era suficiente distracción para dejar de pensar en cada una de las sensaciones que se esparcían por el cuerpo de Louis.

Los sentimientos que invadían al omega en ese momento le hacían sentir ansioso e inquieto ya que todo se arremolinaba profundo en su vientre haciéndole mantener la postura tensa y los labios apretados.

Por una parte Louis sentía la impotencia, el repudio, la indignación y la amargura... Pero por otra parte se hallaba la inmensa tranquilidad, el alivio, la alegría...

Y era caótico y estresante porque lo sentía todo a la misma vez recorriendo su interior con fuerza y provocándole escalofríos que no sabía cómo detener.

Sentía que incluso las rodillas en cualquier momento comenzarían a temblarle mientras estaba ahí, observando a la distancia como en una pequeña fila ordenada subían a bordo del avión que les llevaría de vuelta a Edimburgo, al menos poco más de una docena de omegas.

Y la faceta de todos ellos era siempre la misma, tal cómo Louis recordaba de las ocasiones anteriores donde se hubo enfrentado a la misma pesadilla. Ellos estaban temerosos, callados, ausentes... Había chicos y chicas, la mayoría con la mirada al suelo sin saber exactamente qué esperar de aquellos a su alrededor, con cabellos desordenados y harapos mal acomodados cubriendo sus cuerpos.

El sabor en la boca de Louis era amargo porque sin duda alguna esa era una realidad. Una realidad muy dura, una que no sabía de qué manera enfrentar ya que una cosa era escuchar en la televisión las noticias de las desapariciones, otra cosa era leer en algún periódico y luego estaba ahí... Viéndolo, viviendo al día con las imágenes del sufrimiento ajeno.

Todo delante de sus narices, del cómo su casta, los suyos, eran mancillados y abusados.

Louis estaba seguro de que jamás había sentido un pesar tan grande en su corazón. Ni siquiera en días bastante difíciles de su pasado.

Y Louis sentía la decepción porque aunque hizo lo que estuvo en sus manos para ayudar a esos chicos, sabía que no eran solamente ellos. Sabía que nada iba a detenerse, que si no eran ellos, luego serían otros, y otros y otros más. Sabía que en cualquier lugar habría omegas como ellos esperando por ser salvados, luego venía entonces la impotencia de saber que nada de eso iba a cambiar, que era una cadena que seguía y seguía alrededor de todo el maldito mundo, que habría más jóvenes sufriendo y deseando morir en cualquier lugar, más jóvenes a los cuales no podía ayudar y eso... Eso era una mierda.

Una mierda que le dejaba en la completa desolación. Que le ponía en una situación difícil de enfrentar. Contra una espada y una pared. Porque sin duda todo volvería a repetirse en algún momento, Louis volvería a ser testigo de la situación injusta sobre los suyos, se volvería a dar cuenta y dudaba sobre todo, ya que ese era el negocio detrás del alfa al que había aceptado como suyo.

Así era como las cosas funcionaban en el mundo de Harry, así funcionaban en el mundo de muchas personas porque el tráfico de omegas existía en cada rincón del planeta, y Louis había aceptado quedarse con Harry, a su lado, dentro de ese mundo... Pero era difícil, muy difícil elegir entre dos bandos. Especialmente cuando todo se debatía entre su corazón y su naturaleza de omega.

A pesar de todo, podía sentir al menos también un poco de tranquilidad porque aunque no fuese suficiente, ya había una orden para todos aquellos alfas alrededor de los chicos subiendo al avión, teniendo prohibido lastimarlos, tocarlos o siquiera mirarles de alguna manera... Y Louis también sentía alegría, porque mínimo había podido hacer algo por ellos. Todos volverían a casa. Quizás con sus padres, con sus hermanos, sus familias o sus parejas. Eran vidas que no estaban del todo arruinadas, del todo perdidas, que con algo de suerte podrían recuperarse y tener una oportunidad de volver a lo que tenían antes. Y eso estaba bien, eso era algo para sentirse bien por lo menos un momento.

Luna de Sangre Kde žijí příběhy. Začni objevovat