—Genial, ya vino la hermana y el novio —se quejó Mike a un lado de Bella, la melliza de Casandra.

—Lo dices porque ella jamás te dió atencion —se burló Angela, orgullosa.

Angela siempre defendería a Casandra, no solo porque era su amiga más cercana, sino porque Cass sabía más de ella de lo que todos sus amigos.

—li dicis pirqui illi jimis ti dii itinciin —imitó Mike molesto.

—los veo luego —saludó Bella antes de ir con su hermana y su cuñado —mal cumpleaños —le deseó a su hermana que la miró bajando un poco sus lentes.

—mal cumpleaños, Bella —devolvió antes de abrazarla. Sobre su hombro, Casandra vió a Ángela que le mandó un beso y ella le guiñó el ojo.

Las dos mellizas se estrecharon. Ese día, cumplían oficialmente los dieciocho años. Un día más siendo ordinarias humanas que crecían con cada segundo. En cuanto Casandra se alejó, Bella sintió algo en su cuello y lo miró. Tenía un collar con un dije de flor cristalina.

—te dije que no queria regalos —se quejó sonriendo.

—y yo te dije que quería un pony y no lo veo —miró a todos lados en busca de su regalo.

—es que es invisible —Bella señaló a un costado y Cass abultó su labio inferior llevando sus manos a su pecho.

—ay, entonces gracias. Lo amé —rieron juntos.

—¿Y qué le diste de regalo tú? —le preguntó a Edward mientras entraban a la escuela.

—mi virginidad.

Bella se atragantó con su saliva y Cass rió con su novio, yendo por los pasillos mientras algunas personas le deseaban feliz cumpleaños a las mellizas.

Bella detestaba eso. Amaba ser invisible, pero a su hermana le encantaba ser popular, así que por ende todos sabían que era su cumpleaños y todos las saludaban. No obstante, suprimía sus quejas porque amaba más el buen humor en Casandra.

—¡Cass! ¡Bella!

Admiraron a mitad de camino a Alice saltar las escaleras y caer delante de ellas. Bella ahogó una exclamación sorprendida y Casandra lo ignoró.

—¡Feliz cumpleaños! —le entregó un regalo a Bella.

—Alice, a Bella no le recuerdes que es su cumpleaños —le pidió la melliza mayor, aún que luego frunció las cejas —¿Y mí regalo?

—no tienes —negó y Jasper apareció detrás. Antes de que Cass se indigne, Jasper le extendió una caja —¡Era chiste!

—por eso eres mí favorito —alagó escuchando la queja de Alice.

Jasper no toleraba la sangre de Bella, pero la de Casandra era como un calmante. La sangre de Bella era como el alcohol o la heroína, mientras que la de Cass era como la de la marihuana más relajante.

—feliz... —estaba por decirles pero llevo una mano para tapar su boca y que Bella no lo vea —cumpleaños. —le dijo a Cass.

—no es gracioso —se quejó Bella —Dije que no quería regalos.

—Ya te vi abrirlo y ¿adivina qué? Te encantó —Sonrió orgullosa, Alice —Lo usaras esta noche en mi casa, ¿si? por favor —suplicó sonriente.

𝐏𝐈𝐍𝐊 𝐌𝐎𝐎𝐍; Klaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora