☆CAP.3-"lo siento cachorro"☆

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ADVERTENCIA: ☆

Contenido sensible



Sus recuerdos divagaban en sus sueños, y siempre que quería recordar, lo único que sonaba en su cabeza era estática.

Podía escuchar el ir y el venir de las olas, y a lo lejos la voz de una mujer, pidiéndole perdón por lo que el mismo iba a vivir.

Recuerda el tacto de brazos ajenos.
Ajenos al de su padre, ajenos al de su madre.

Pero era demasiado pequeño para recordar con claridad.

Solo podía recordar el sentimiento.

El sentimiento de vacío que se creó en el, en su pequeño pecho, el día que su padre rompió lazos con su madre, ella no solo sintió la Soledad, sino que, también se la transmitió a su cachorro.

Y desde ahí, en el momento justo donde su madre tiró el vaso de vidrio de la antigua cocina en la que se encontraban ella y su cría en brazos, cuando la mujer sintió una punzada en el cuello, corriendo al espejo más cercano con su cría, vio como poco a poco... su marca desaparecía.

Sus ojos se llenaron de lágrimas que no pararon de salir...

Por días...

Semanas...

Un par de meses...

Meses donde olvidó alimentarse a sí misma y muy pocas veces alimentaba a su cachorro, meses donde se golpeaba a si misma de impotencia, meses donde culpaba a su hijo de un año por el abandono del esposo, meses donde vomitaba hasta quedarse sin nada en el estómago.

Y finalmente, la mujer, con un niño en brazos falleció.

Falleció sentada en un sillón blanco (ya beige por la suciedad), con la mirada perdida en el suelo sucio de la sala, con la televisión en el canal de estática, y con su último aliento, lo único que alcanzó a decir fue un:

"Lo siento, cachorro..."

Y de ahí, pasaron días, días donde el cadáver se estaba echando a perder, pudriéndose y autoconsumiendose a si mismo, días donde el niño dormía y lloraba desconsolado en el pecho de su difunta madre.

El cadáver inevitablemente empezó a oler mal, inundando la casa de un olor fétido.

Un olor que se quedó impregnado en las fosas nasales del pequeño.

Los vecinos reportaron la peste, ya alarmados de que la mujer que habitaba en la casa no salía durante las mañanas como solía hacerlo, y juraban que, si el vecindario se quedaba callado y uno agudizaba el oído... se podía escuchar el llanto de un bebé.

La policía alarmada, dirigió una patrulla a la casa, dos betas entraron a la fuerza a la propiedad donde... se encontraron con la imagen desgarradora de un cadáver de una mujer joven de 20 años, de cabellos castaños, delgada y con un vestido blanco casual.

Pero fue peor cuando vieron algo removerse entre sus brazos... el cachorro de la mujer.

Cuando el niño fue levantado de los brazos de su madre, empezó a llorar... no podía dejar de oler a muerto... no importaba cuánto se alejaban de la casa...

El olor a muerto no se iba...









El olor a muerto no se iba....

El olor de su madre no se iba...


Cada vez que royer lloraba... el olor a muerto inundaba su mente y su nariz.

Cada vez que royer se alteraba... el olor a muerto inundaba su mente y su nariz.

Cada vez que royer tenía miedo... el olor a muerto inundaba su mente y su nariz.

Cada vez que royer recordaba...

El olor a muerto inundaba su mente y su nariz...











Y esta no era la excepción.














Quackity se quedó atónito a lo que estaba pasando frente a sus ojos.

Un chico forcejeando en los brazos de su cliente, asustado y llorando.

Se quedó en silencio por el shock de la situación, pensando en que vergas iba a hacer para que el chico no demande a su cliente.

Cellbit aflojó la muñeca del chico , quien lo miraba acusadoramente, con el ceño fruncido  los labios apretados y los ojos abiertos, casi gritando "vuelveme a tocar hijo de la verga y te va a ir en chinga".

Y Cellbit no podía dejar de ver esos ojos acusadores, sintiendo culpa por como lo había tratado, dándole la razón al menor por ponerse así, pero a la vez respondiéndole a su mirada acusadora dándole una igual sin bajar la guardia.

Estuvieron asi por unos 10 segundos, mirándose fijamente a los ojos, retandose con la mirada, uno listo para atacar y el otro para detener de nuevo el ataque.

"Como unos gatos peleoneros y en brama(celo)" penso el abogado, quien carraspeo llamando la atención de estos dos, quienes voltearon perplejos ante la presencia del de gorro azul.
Habían estado tan ocupados peleando que no lo notaron entrar.

- What the fuck IT'S FUCKING HAPPENING, CELLBIT (que chingados ESTA PINCHES PASANDO CELLBIT)- exclamo el de cicatriz en el ojo, intentando sonar despreocupado ocultandolo detrás de una sonrisa un poco psicópata según royer.

Royer Sin bajar la guardia le arrebató su muñeca a Cellbit aprovechando que este había bajado la guardia y en su camino a la puerta empujó al abogado para así salir de la casa entre lágrimas... inundado por ese olor a muerto que penetraba en su mente y nariz.

STYROS ☆_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora