“Peleemos conmigo”.
Reneger miró la espada que había caído frente a él. Miro alternativamente a la espada y a Saladino.
“No usemos esa espada encantada que tienes. "¿No deberíamos ser justos unos con otros?"
¿Poseído por un fantasma?
Reneger sostuvo la espada sagrada con más fuerza.
『Ji, ¿me estás diciendo esto?』
"Oye, los fantasmas también hablan".
『Eh, eh... … ! ¿Viste esa cosa descarada? ¡Renegado! ¡Qué estás haciendo! ¡Ese tipo me insultó! Derrota a ese tipo ahora mismo... … !』
"excelente."
Reneger tiró la espada sagrada que sostenía. ¡Kang! La espada sagrada golpeó el suelo con suficiente fuerza como para emitir un sonido.
『¡Renegar!』
Un grito frustrado se escuchó desde la Espada Sagrada, pero Reneger ni siquiera le prestó atención. Simplemente recojo la espada que Saladino tiró.
Cuando la miré, la espada era normal. No hay magia ni brujería. Literalmente significaba que debíamos entrenar “justamente”.
Reneger entró penosamente en un almacén a un lado del campo de entrenamiento. Y de allí sacó una espada larga y afilada.
Tíralo a los pies de Saladino.
“¿No deberías luchar igualmente con tu espada?”
Mira este. Saladino levantó los labios formando un arco.
"Mmm. "Estoy lejos de ser una espada".
"Vas a usar magia, ¿verdad?"
"por supuesto."
"No hay magia en mi casa".
Saladino entrecerró los ojos. Mira a Reneger con una expresión sombría.
Pero la actitud de Renéger no cambió. Simplemente mírate a ti mismo con una cara erguida y erguida.
'Desgraciado.'
Tsk.
Saladino escupió y murmuró.
"Entonces tomaré esto".
Sus uñas se hicieron más largas. Al mirar las uñas que se habían vuelto afiladas como un arma, Reneger se burló de Sabud.
"Tanto como quieras."
Tan pronto como terminó de hablar, Saladino se abalanzó sobre él.
¡visera!
Reneger apenas bloqueó su ataque con su espada. Giggeek, las uñas de Saladino arañaron ferozmente la espada.
No se utilizó la fuerza de nadie.
Se pararon frente a frente, rechinando los dientes el uno al otro.
"Eres un bastardo descarado".
"¿Estás hablando solo?"
¡visera!
Retrocedieron y aumentaron la distancia. Renegar sostuvo la espada con la otra mano y Saladino reajustó sus afiladas uñas.
“Escuché que Karina es muy amable. "Deshagámonos de un bastardo como tú".
¿Tirar a la basura? Las cejas de Reneger se alzaron.
"Yo se, verdad. Estoy preocupada porque Karina es simpática. “Por darme a Apokalita, que es tan ignorante e imprudente como tú”.
