⠀⠀⠀⠀⠀⠀O13.

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— Lo es, es agradable, pero no creo llegar a tener algo con él.

— No seas tan negativa. Eres una chica muy guapa y con buenos sentimientos, ¿Qué chico no estaría loco por ti?

— No es eso, mami, sino que veo algo raro en él y en su familia...algo que me impide acercarme con el.

— Miranda, no entiendo lo que me quieres decir. Dices que no puedes estar cerca de ellos...¿Entonces, por qué sigues saliendo con Edward?

Su pregunta me quedó resonando, no tenía respuesta en ese momento porque ni yo sabía el porqué.

— ¿Miranda? ¿Hola? ¿Me estás escuchando?

— Sí, te escucho, pero no lo sé, mamá. Quisiera también saberlo.

— Es que sí lo sabes, mi niña, estás teniendo sentimientos por el chico y por eso quieres seguir estando cerca por él. No me lo puedes negar.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀— ¿QUÉ TRAES AHÍ? —me preguntó Edward, una vez que llegué con él que tenía su característica sonrisa pícara

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⠀⠀⠀⠀⠀⠀— ¿QUÉ TRAES AHÍ? —me preguntó Edward, una vez que llegué con él que tenía su característica sonrisa pícara.

— ¿Crees que a tu madre le guste el daifuku? —pregunté, señalando el porta comida transparente que permitía ver unas bolitas de arroz de varios colores.

— Estoy seguro que sí, se ven muy lindos, ¿los hiciste tú?

— Obviamente. Duré dos horas haciéndolos, para lo poco que se me da la repostería debo de admitir que me quedaron bien, ¿quieres probar uno ahora? —extendí el daifuku, pero él simplemente se rió y negó con la cabeza.

— Se lo hiciste a mi madre, primero lo debe de probar ella.

Me encogí de hombros y él me abrió la puerta del copiloto, pero antes de que me subiera susurró al oído.

— Estás muy hermosa hoy. —mientras su aliento helado hacía que me erizara.

Al escuchar su halago me tiré al Mazda y cerré la puerta sintiendo mi cara arder a lo que él se rió al ver lo que ocasionó.

La casa de los Cullen era inmensa, me gustaba el estilo vintage que le daban y era espaciosa. Tenían diplomas de honores en la pared, podían llegar a tener hasta cinco por integrante cosa que me hizo dudar de mi intelecto ante ellos.

— ¿Ya habías hecho una carrera antes? — pregunté al ver su nombre en la que era otorgado para ser ingeniero electrónico.

— Sí, me gradué a temprana edad de la escuela. —contestó.

— Pero al parecer también tus hermanos se graduaron a temprana edad. —dije, viendo sus nombres en carreras profesiones totalmente distintas a los que cursaban hoy en día.

— ¿Qué te puedo decir? Es de familia ser todos unos genios. —respondió con un aire a egocentrismo.

— Tenías cara de ser el menteco de la familia, Anthony. —me rei, llamándolo por su segundo nombre.

𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐄𝐘𝐎𝐍𝐃,  twilightWhere stories live. Discover now