⠀⠀⠀⠀⠀⠀OO2.

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𝖢𝖺𝗉𝗂́𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖽𝗈𝗌

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𝖢𝖺𝗉𝗂́𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖽𝗈𝗌. 𝅄✦⸱࣭
𝖫𝗈 𝗎́𝗇𝗂𝖼𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗍𝖾𝗇𝖾𝗆𝗈𝗌 𝗊𝗎𝖾
𝗍𝖾𝗆𝖾𝗋 𝖾𝗌 𝖺𝗅 𝗆𝗂𝖾𝖽𝗈 𝗆𝗂𝗌𝗆𝗈.
▬ 𝖥𝗋𝖺𝗇𝗄𝗅𝗂𝗇 𝖣. 𝖱𝗈𝗈𝗌𝖾𝗏𝖾𝗅𝗍

 𝖱𝗈𝗈𝗌𝖾𝗏𝖾𝗅𝗍

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⠀⠀⠀⠀⠀AGARRABA MI PENTAGRAMA con nervios, sujetándola fuertemente mientras intentaba controlar mi respiración y controlar mi ritmo cardíaco. Escuché un auto estacionarse frente a mi casa y Hachiko, al escucharlo también, comenzó a ladrar a la vez a mover su cola, a Hachiko le gustaban las visitas ya que para él eso significaba acaricias y juegos, pero, para mí, siendo un Cullen en mi casa, era un tormento.

Tocaron la puerta y dudé mucho en abrir, pero no quería perder el crédito de la materia y más si este trabajo significaba mucho. Al abrir la puerta y verla no pude evitar echarme para atrás, cosa que ella notó y ocasionó que la rubia rodara los ojos.

—Hola. —saludó.

—Hola. P-pasa. —fue inevitable tartamudear, me hice a un lado y ella pasó, miró la sala por unos segundos para después irse al sofá y sentarse.

—¿Cómo nos dividiremos el trabajo? —preguntó, yendo al grano y cruzando las piernas.

—Puedo buscar la información, tú puedes traspasarla y ambas podemos hacer los dibujos. —Rosalie dudó unos segundos para después asentir.

En todo momento siempre evité verla cosa que al parecer a ella le molestaba un poco, pero dejó de tomarle importancia una vez que comenzó a traspasar la investigación, mientras yo fui haciendo parte de los dibujos y la portada de presentación.

Debía de admitir que era agradable estar con ella —siempre y cuando no le mirara—, era alguien de pocas palabras como yo, pero había momentos de que intercambiamos palabras y me di cuenta que teníamos una que otra cosa en común. A pesar de todo seguía teniendo miedo de ella y su familia.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀AL DÍA SIGUIENTE llegué temprano a la universidad, estacioné mi bicicleta y le coloqué su seguro

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⠀⠀⠀⠀⠀⠀AL DÍA SIGUIENTE llegué temprano a la universidad, estacioné mi bicicleta y le coloqué su seguro. Corrí hacía la entrada pasando rápidamente el carnet por el escáner para que me permitiera pasar a la sede principal. Me quité el impermeable sacándole el resto de agua antes de guardarlo en mi casillero. Debía de presentar un parcial de Historia del arte universal, aunque no era muy buena memorizado las historias.

Todos los pasillos estaban vacíos a lo que me imaginé que ya habían empezado los parciales. Me comencé a preocupar, sin embargo, me tranquilicé al recordar que el profesor llegaría media hora tarde.

Pasé primero por la biblioteca aprovechando que me quedaba de paso, debía de entregar unos libros que había pedido prestado para estudiar lo del examen de recuperación y también para pedir unos libros que me recomendó Rosalie el día de ayer.

— Hola, vengo a dejar estos libros que me llevé hace una semana. —dije sacando los libros de mi mochila seguido de dejarlo sobre el escritorio del encargado de la biblioteca, Terrence.

Después de que Terrence volviera a registrar los libros fui a buscar los libros que me recomendó la rubia, mujercitas y la bruja del mar; admito que duré bastante buscando la de mujercitas ya que no la encontraba en ninguna sección. Al parecer alguien la había cambiado de sección y la había colocado en cuentos infantiles la cual se encontraba casi al final de la biblioteca.

Al intentar agarrar el libro mediantes saltos (ya que estaba un poco por fuera de mi alcance) se me cayó y al recogerlo comencé a sentir escalofríos, la misma sensación que me daba cada vez que tenía a un fantasma cerca. Por el reojo pude ver a una mujer con un vestido manchado de sangre al igual que su cuerpo, tenía el cabello largo y color pelirrojo, su piel se encontraba pálida con toques morados y chorreaba agua.

Al verla cerré mis ojos y los apreté lo más que pude, agarré mi pentagrama de protección pidiendo que me protegiera pero este se rompió dejándome indefensa ante ella. Sentí como respiraba en mi cuello y como acariciaba mi cabello para después tirar de él con fuerza, intenté hacer como si no sintiera nada pero el dolor en mi cuero cabelludo. Justo cuando me soltó no pude evitar salir corriendo.

— ¡Sabía que me podías ver! ¡No puedes huir de mí, niña estúpida! —gritó para después reírse.

El fantasma volvió aparecer frente mío y me agarró el cuello dejándome sin oxígeno, justo cuando creí que ya iba a poseer mi cuerpo recordé que tenía sal negra en el bolsillo de mi chaqueta, por lo que no dudé en tirarsela en la cara. La sal le quemó por lo que le obligó a soltarme e irse.

Caí al suelo tratando de recuperar el aliento. Me tocará comprar otro pentagrama al salir del instituto.

— Hey, ¿estás bien? —me preguntó alguien que inmediatamente reconocí como Rosalie —. ¿Te pasó algo?

— Solamente me tropecé con un libro —respondí levantándome del suelo evitando verla —. Tengo que ir al parcial de Historia del arte, adiós.

—¿Te refieres a la clase del señor BerryCloth? —asentí—. Acabó hace como cinco minutos.

—Genial, ahora me toca pagar los supletorios. —bufé.

Rosalie soltó un suspiro.

—No serás la única. Mi hermano, Edward, también le tocará. Casualmente el mismo profesor le da clases a él en Literatura y no alcanzó a presentar el parcial el día de ayer.

Solté un “genial” para después salir de la biblioteca, ya no quería seguir estando en ese lugar.








𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐄𝐘𝐎𝐍𝐃,  twilightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora