Capítulo 11

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Salgo de casa a regañadientes, bajo ante la atenta mirada de satanás, sigue tras de mí, y cuando al fin llegamos al auto, abre la y puerta y la cierra cuando me acomodo.

Le doy una mala mirada antes de saludar—Buenos días Luce

—Buenos días Sammy ¿Cómo te sientes hoy?

—Igual que ayer odiando mas a ese hombre—ella ríe mientras niega.

—Samuel solo quiere ayudar—lo defiende.

—¿Cómo cuánto vamos a tardar?

Ella sonríe antes de responder—no hemos acabado de llegar chica, deberías tranquilizarte, verás que será muy divertido.

—¿Divertido? Comprar globos de colores, cintas y pastelitos con leche descremada, para un anciano—bufo cruzando de brazos, ella no quita la sonrisa de su rostro.

—Todos los cumpleaños que celebramos a los ancianos son muy especiales y divertidos, a pesar de ser un hombre serio y tosco, Samuel, suele tener buenas ideas.

—¿Samuel? Lo tuteas ¿Cómo es que pasó eso?

—Es lo que sucede cuando conoces a una persona por mucho tiempo

—¿Hace cuánto? —interrogo con curiosidad, aparte de Diana, no conozco a nadie mas que tenga esa confianza con el señor amo del infierno Murphy.

—Unos cinco años, quizás más, no es que lleve la cuenta. —responde sin quitar la vista de la carretera. Observo su perfil y me debato en preguntar o no, al final la curiosidad puede más

—¿Conoces al padre del señor Murphy?

Asiente—Administró un tiempo el penal junto a Grace, pero, bueno, digamos que sucedieron cosas y ya está en condiciones de hacerlo.

—¿Cosas? ¿cómo cuáles?

—Sí, cosas de las que no estamos al tanto, solo nos informaron que tenía problemas de salud, no hicimos más preguntas al respecto. Si no dieron detalles no habría necesidad de preguntar.

—¿Cómo es el señor Murphy padre?

—Es un señor carismático, sonriente, amigable, tiene tacto, pero cuando se pone serio te dice las cosas a como se deben decir, sin nada de maquillaje, crudo, solo en eso se parece su hijo.

—¡Vaya! A alguien se tenía que parecer—respondo sorprendida—aún me intriga por que dejó de ejercer, bueno no es común que un psicólogo se convierta en un economista.

—No solo es eso, Grace, tiene en su oficina los numerosos diplomas en distintas especialidades, al parecer él tiene algo en contra de estar sin hacer nada.

—¡Ni que lo digas!, he tenido que probar cada comida y postre que ha cocinado en todo este tiempo.

La risa de Luce, invade el espacio en la cabina del auto, —y lo hace muy bien, tiene don para la cocina

Asiento recordando que tuve que vomitar cada poción que consumí en aquel entonces.

Luce, se detiene en el centro comercial apaga el auto y se vuelve a mi

—Sammy, lamento haberte hecho comer cachapa, ¡ya lo dije! Tenía que hacerlo eso me estaba carcomiendo por dentro.

—¿Por qué? No entiendo—mi rostro de asombro no pasa desapercibida—¿por qué te disculpas?

Rasca su cuello como tratando de explicar sin ofenderme lo que sea que está pasando por su cabeza.

—Samuel, me mostró tú expediente, por favor no te molestes es parte del procedimiento.

A pesar de las Decisiones (Serie reencuentro 4)Where stories live. Discover now