Capítulo 10

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Cuando el aparato se detuvo, salí directo al baño, los nervios, la sensación de desesperación me consumía, abrí el cubículo y vacié lo que no había comido...me alarme al ver salir de mis entrañas un líquido verdoso y la acidez y amargura en mi boca.

Me alarmé en sobre manera, mi cuerpo temblada, enjuagué mi boca y quedé observando en el pequeño espejo, esta no soy yo, mis ojos azules estaban apagados, la palidez de mi rostro parecía que estaba luchando contra alguna grave enfermedad...y sin querer ser consciente de ello, así era, yo estaba enferma.

Dije que lo tendría bajo control, que en cuanto bajara al peso deseado lo dejaría, pero no fue así, nunca vi mi peso ideal, perdí el control total de ello y todo empeoró ese día.

Tenía una cita con Brendan, nos llevábamos muy bien, me sentía cómoda con él, notó mí bajo peso y mi estado físico, le decía que eran ideas suyas que era solo cansancio debido al trabajo. No sé si me creyó en ese momento, solo me importaba que yo le gustase.

Llevaba mes y medio saliendo con Brendan, ese día de nuestra cita, llegó por mí en su auto, me llevó hasta un restaurante donde habría un evento en donde se celebraría el cumpleaños de mi hermanastra, no era que me emocionara ver a las Angelas, era la compañía de Brendan, lo importante.

Era un hombre bastante atractivo, su humildad era extraordinaria, la sencillez con la que se expresaba era atrayente, nunca dio indicios de que yo le interesara de forma romántica, pero yo quería que eso pasara y me esforcé para que ese sueño que tenía, se hiciese realidad.

Voy a relatarte mi querido Sebastián, la gota que derramó el vaso, y que me hizo colapsar hasta estar en este punto de mi vida, lo haré porque desde que Samuel Murphy, se convirtió en mi psicólogo, sospecho que las cosas no serán iguales.

El señor Murphy, me aconsejó muchas veces y yo hacía oídos sordos porque no era lo que yo quería. Los humanos necesitamos que nos digan lo que deseamos escuchar para sentirnos bien, no nos gustan las verdades sin filtros.

Ese día en esa fiesta recordé cada uno de sus consejos sin tapujos.

*No dejes que tome el control, los hombres no merecemos ningún sacrificio

*Una cosa es enamorarse y otra muy diferente es apendejarse, Benson.

*Deja que sea él quien te busque, quien se esfuerce, que demuestre que te merece

*Si no se enamora de ti como eres ahora, no esperes que lo haga después, porque entonces es un ser superficial y de esos, hay en abundancia en el jardín del señor, Benson.

*No demuestres que eres fácil, deja que sea él que es esfuerce por bajarte el calzón.

Todo lo decía y dice de una forma cruel, pero, cuan ciertas son sus palabras. Y ¿qué hice?

¡Me hice la sorda!

Su último recurso fue enviarme a Diana, para hacerme entrar en razón. Y ¿qué hice?

¡Me hice la ofendida!

En la tan "esperada fiesta", noté que mi hermanastra no estaba con su novio, me acerqué a ella mientras Brendan, se acercaba a mi padre para saludarlo, le di su regalo y la interrogué.

—¿Dónde está tu muñeco de plástico?

—No le digas así, y ya no es mi novio, rompí con él hace dos días

—¿No que se iban a casar?—recuerdo que hasta anillo de compromiso le había dado

—No éramos compatibles—barrió la mano con indiferencia

A pesar de las Decisiones (Serie reencuentro 4)Where stories live. Discover now