Capítulo 4

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A mi padre le habían logrado lavar el cerebro este par de maniquíes ambulantes, y es que siempre, me reprochó mi físico, mi peso, solo le importan las apariencias.

—Debo irme papá, disfruta tu fiesta con estos... desconocidos—con premura me despedí de él y caminé con prisa hacia la salida.

—Te vas tan pronto—me interceptó Brendan.

—Sí, el ambiente está muy pesado por acá y debo trabajar mañana. Un gusto conocerte.

—¿Por qué no te quedas un rato más?—recuerdo su mirada nerviosa—no hace mucho vine a este país y aparte de tu hermana—su vista se desvió hasta dónde estaba mi hermanastra sonriendo rodeada de sus amigos lambiscones—, no conozco a nadie más. Al menos apiádate de esta pobre alma en desgracia.

—¿Tienes un cuarto rojo?

—Pues no, pero te puedo dar de nalgadas si lo pides.

Ambos volvemos a reír. Me quedé conversando con él, éramos como dos viejos conocidos que tenían mucho tiempo sin verse y se estaban poniendo al día, con la diferencia, que nos estábamos conociendo.

No veía mi ropa, mi cabello o mi peso, solo me miraba a mí como persona. Bailamos un poco y cuando me percaté de la hora ya era muy tarde, así que me llevó a casa. Fue amable y caballeroso.

‹‹Sería un excelente amigo››, pensé. Al final acepté salir con él a la semana siguiente. Tenía apenas una semana de conocerlo, sin embargo, parecía que conectábamos.

El viernes estuvimos de ‹‹viernes de machos›› y recuerdo que después de ese día, lunes para ser precisa, el señor Samuel Murphy llegó bailando el Oppan Gangnam style, mientras entraba a la oficina del todopoderoso llamado también mi jefecito Valentino Fontaine.

Se emborracharon de tal manera, que bailaron esta canción solo con los calcetines, las corbatas y la ropa interior.

Lo que no sabían ellos era que yo estuve todo el tiempo grabándolos, es más, tengo creado un canal en YouTube "el Rincón de Sammy" recuerdo que lo tenía en ese tiempo desde hacía un año, como amo las uñas acrílicas por ahí empezó todo.

Tengo muchas reproducciones y suscriptores gracias a ese video de los jefes encuerados.

Si el jefe se enteraba...me mataba.

Ahora "El rincón de Sammy" está abandonado, lleno de tela de arañas.

Después de un rato, el jefe me llama para que entre a su despacho

—Sammy—me llamó por la extensión—ven por favor.

—Voy jefe.

Tomé mi tableta y entré dando saltitos de felicidad al confirmar la salida con Brendan.

—Olvidé agregar la cara de pendeja—eso lo dijo el señor Samuel, es un hombre muy lengua larga, pero a su manera, da buenos consejos.

—Este es mi rostro de ilusionada señor Samuel—dije señalando todo mi rostro como niña buena y me senté a su lado.

—Acabas de conocer al tipo y ¿ya estás ilusionada? Eso es demasiado rápido niña, te doy un consejo...

—No lo quiero gracias—lo corté de una buena vez, porque sabía que me diría alguna verdad en mi cara y la verdad no peca, pero incomoda.

—No me importa así que ahí te va, —si, a él no le importaba nada—deja que él sea quien te demuestre interés, no le aceptes la salida a la primera o notara que te sientes desesperada por que te baje el calzón—aparté la mirada de mis notas imaginarias porque que estaba fingiendo escribir algo y lo observé, —no me digas que ya le aceptaste la salida—me reprocha negando

A pesar de las Decisiones (Serie reencuentro 4)Where stories live. Discover now