⋆𝑽𝒆𝒊𝒏𝒕𝒆⋆

174 24 22
                                    

≻───── ⋆✩⋆ ─────≺

≻───── ⋆✩⋆ ─────≺

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

≻───── ⋆✩⋆ ─────≺


—¡NO PUEDE SER!

—¡Podemos explicarlo! —Míriam habla a tropezones bajando del mesón con la ayuda de Bill, quien la cubre con su blusa rápidamente. Se la pasa por los hombros y abotona lo más rápido que sus dedos lo permiten los tres primeros botones. 

—¡¿Bill, que mierda?! —Tom se levanta del sofá caminando con apuro hacia los descubiertos—. ¡Te mandé cincuenta mensajes! ¡¿Cómo es que no los viste?! —grita en un susurro.

—¡Mi celular murió hace mucho!

—¡¿Qué hacen en mí casa?!

—¡¿"Qué hacen en mí casa"!? —Exclama Georg tirando la fuente de palomitas sobre la alfombra  al ponerse de pie— ¡¿Qué mierda hacen ustedes?!

—Georg cálmate, podemos explicarlo.

—¡¿Calmarme?! ¡Aposté mis putas pelotas por ustedes!

—¿Que hiciste qué?

A espaldas de esta escena se encuentra un callado Gustav, quien se acerca al sofá para rebuscar una cajetilla de cigarros dentro de su chaqueta, llama la atención de Míriam y con su mirada pide permiso para ir a fumar en su balcón, recibiendo un asentimiento para enseguida subir las escaleras.

Miriam lo sigue un minuto  después luego de meditar qué sería lo mejor, alejándose del caos que se ha armado en la primera planta.

Entra con expectante vacilación en la habitación caminando a paso calmado y titubeante al verlo desde sus espaldas apoyado de los codos en el barandal del balcón.

—Hace frío, ¿qué haces aquí? —Gustav levanta los hombros quitándose el cigarrillo de los labios exhalando la densa masa de humo para tenderle la pequeña caja a Miriam de donde saca otro cigarrillo. Gustav saca un encendedor de su pantalón y se lo enciende, Miriam le da una profunda calada con la esperanza de poder calmar sus nervios antes de escucharlo hablar.

—¿Por qué razón esconderlo? —La pregunta hace sentir mal de inmediato a Miriam. Sabe que lo que hicieron no fue correcto del todo. Da un suspiro y responde:

—Cuando todo esto entre nosotros se concretó nos pilló algo desprevenidos.

—Mir, no te acuestas con alguien por accidente —Ríe contagiando a Miriam.

—No me refiero a eso... digo sí, o sea no pero, lo que quiero decir es —habla nerviosa— fue todo tan... intenso, tan...

—Basta, me quedó claro.

—Me refiero a que aunque suene tonto, nos pilló por sorpresa y no supimos qué hacer, en ese momento lo que creímos correcto fue velar por el bien de la banda.

𝑊ℎ𝑒𝑛 𝑆𝑒𝑝𝑡𝑒𝑚𝑏𝑒𝑟 𝐸𝑛𝑑𝑠... | 𝐵𝑖𝑙𝑙 𝐾𝑎𝑢𝑙𝑖𝑡𝑧Where stories live. Discover now