Capítulo 26

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Al aterrizar en las Vegas me encontraba temblando, todos ya habían bajado del avión y yo sin embargo me aferro a mi asiento y a mi hija como si me la fueran a arrebatar de mis brazos en cualquier momento.

Trato de tranquilizarme después de que la azafata me pidiera amablemente que saliera. Así que desconfiada y asustadiza me bajo,
recojo mis pocas pertenencias y con mi hija en brazos salgo del aeropuerto para encontrar algún taxi.

Mis ojos buscan rápidamente hasta que observo a Edward el chófer de mi padre levantando un cartel que tiene mi nombre.
Me acerco a él casi corriendo y lo abrazo.

__¿Cómo está mi papá?

Edward no me responde solo mira confundido a Scarlett.

__ Es mi hija __ digo en voz baja, sé que él conoce cómo es mi papá y que no va a aceptar fácilmente que sea madre soltera por lo que me mira con cierta lástima. __ ¿Cómo está mi papá? __ vuelvo a preguntar.

__ Está mejor, en casa.

__ ¿Cómo que en casa, mi madre me dijo que estaba en el hospital y que estaba mal... ¿Cómo que está en casa?.

Edward no me responde solo me observa condescendiente.

__ ¿Era mentira?

__ No del todo, su padre sí tuvo un infarto pero fue hace días y ya está mejor. Aún así sus padres la necesitan fue la única manera que la señora encontró para hacerla regresar, es mejor que ellos le expliquen.


Nos tomó media hora llegar a casa y cuando lo hice me sentí de alguna manera extraña, como si el lugar dónde crecí ya no fuera mi hogar.

Caminamos por el largo pasillo hasta detenernos frente al despacho dónde se encuentra mi familia esperando por mí pero antes de entrar me giro hacia él.

__ ¿Podrías cuidarme a Scarlett unos minutos en lo que les cuento de su existencia por favor?

__ Por supuesto señorita le pediré al ama de llaves que me heche una mano.

Le entrego a mi hija que gustosa y confianzuda lo recibe y observo como se alejan camino a la cocina para tomar un suspiro y luego abrir la puerta de un tirón antes de que me heche a correr.

La visión de mis padres sonrientes y abrazados me llega de primero, luego de Valentina limpiándose lo que parecen lágrimas de felicidad desde el otro lado del despacho.

Me quedo en silencio hasta que notan mi presencia, observo en cámara lenta como mi hermana es la primera en reparar en mí y su sonrisa se esfuma, me observa de arriba a abajo mostrando su desagrado hacia mi nuevo look, luego mi padre me dedica unos segundos de su mirada para luego enojado voltear fingiendo darle atención a unos papeles abiertos sobre el escritorio.
Mi mamá se limita correr para abrazar a la hija que por más de dos años no veía.

Le respondo el abrazo comenzando a llorar y sintiendo cuánto extrañé uno de esos.

__ ¿Cómo estás mi pequeña? __ comienza a preguntar tomándome de las mejillas de manera tierna. __ Estás más delgada... y tú cabello.

__ Estoy bien mamá, pero ustedes ¿Cómo estás papá? __ pregunto acercándome a él y abrazándolo aunque no me devuelve el abrazo por lo menos no me rechaza, pero eso no me tranquiliza sabiendo que si está enojado conmigo ahora lo que tendré que contarle lo pondrá el doble.

__ Está bien, pero no gracias a tí __ responde Valentina saludándome con la mano en una muestra de frialdad que conozco muy bien en ella.

__ Está mejor hija, el médico le indicó estar tranquilo y tomarse unos medicamentos. Lamento haberte engañado pero de alguna manera tenía que hacerte regresar sin parecer una madre desquiciada. __ respondió mi madre y aunque su tono fue suave sé que espera una explicación al igual que todos.

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