Capítulo 4 . La manzana del Edén

84 12 49
                                    

Dos días y cinco horas después de solo ser visitada por Ana estoy a punto de alarme de los pelos, la pobre Ana me mira con lástima cada vez que me visita para traerme comida, mi carcelero no me ha tocado, ni siquiera me ha mirado, pese a las amenazas de Ángel de dejarme en el infierno con la bestia Ana me ha dicho que le prohibió siquiera mirarme, aún así sigo encadenada así que no muestro agradecimiento por ese pequeño gesto de humanidad del diablo.

Pero ya mi orgullo no puede con mi soledad. Acabo de pedirle a la bestia que le avise a Lucifer que quiero hablar con él.... Si es necesario me arrastraré.

Todo por recuperar un ápice de libertad.

O comenzaré como el tocororo y me golpearé contra la pared para matarme.

Exagerado lo sé.

El demonio entra a la habitación

__ ¿Querías hablar conmigo? __ dice mirando mis cadenas, más no me mira a la cara.

__ Por favor, no lo intentaré más, solo quítame las cadenas, pesan y me hacen daño__ digo con voz lastimera intentando que suene más triste aún de lo que estoy.

Parece funcionar porque levanta la mirada con algo de pena.

__ No quiero hacerte daño Valeria pero tampoco puedo dejarte ir, si hubieras tenido éxito dos noche atrás ahora no solo yo sino también mi corta familia estaría destruida, no puedo darte ese poder.

__ No los denunciaré

__ No me puedo arriesgar

__ Está bien, no lo volveré a intentar, sé que tus hombres me matarán la próxima vez.

__¿Puedo confiar en ti?

__ Así como yo confiaré que no me harás daño mientras no intente hacer nada estúpido y me quede aquí contigo __ trago en seco con mis últimas palabras

Sonríe

Dios lo creo tan perfecto como malvado

__ Está bien __ dice el demonio
Saca las llaves del bolsillo y libera mis cadenas

__ Puedes retirarte Hércules __ le dice a la bestia

Una vez solos comienza a hablar

__ Tienes permitido salir de tu habitación, recorrer incluso la casa, comer con nosotros en la mesa y visitar a Ana. Los límites están en la puerta de salida, pones un pie en el marco y mis hombres te matarán, te estoy dando muchas libertades Roja, no me gustan las decepciones.
Sonrío como una niña a la que levantan del castigo

Esto era como una lucecita después de haber tocado fondo.

__ Báñate, apestas __ dice con una sonrisa maliciosa antes de salir

Dos semanas después Ángel y yo hemos cumplido nuestro trato, he tenido la libertad de andar por toda la casa sin salir de esta.
He pasado mucho tiempo con Ana resultó ser una mujer muy dulce, también he acompañado a Rodrigo en su recuperación, hace unos días le quité los puntos y ya se encuentra caminando por toda la casa aburrido de estar encamado tanto tiempo, es un chico bastante alegre, me recuerda a Vanessa.

Ángel es otro tema, a él casi no lo he visto estos últimos días, solo me lo encuentro en el pasillo una que otra vez pero no hablamos mucho, solo se detiene para regañarme de vez en cuando, y sí, me regaña por cualquiera excusa, mi vestimenta, por ayudar a Ana a cocinar, lo cual obviamente ignoro, en fin, todo un amargado. Pocas veces come en casa o si lo hace es en su despacho.

En estos momentos estoy sentada en el sofá con Ana viendo televisión, están transmitiendo una novela que en estos días me he visto obligada a ver ya que Ana no se la pierde por nada del mundo, no soy fan de estas cosas donde la protagonista es inocente y noble y los malos hacen daño hasta el último capítulo y dónde el drama de toda la novela se resuelve en 45 minutos del capítulo final.

Red Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang