Capítulo 24

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—Buenos días —nos saludó el profesor de Literatura al entrar en clase—. Espero que hayáis traído los ejercicios que os mandé el lunes.

Abrí el libro de literatura con desgana y busqué la página donde estaban los enunciados.

El profesor siguió hablando hasta que llamaron a la puerta. El director entró acompañado por un chico.

—Disculpe, profesor. Vengo a acompañar a su nuevo alumno.

—Claro, pase.

El directo entró en clase con un chico bastante alto, con el pelo rubio alborotado y de piel cobriza.

—Chicos, este es vuestro nuevo compañero. Se llama Thomas y espero que seais agradables con él. —El directo le miró sonriente—. Puedes sentarte.

Thomas miró a su alrededor y se sentó en el pupitre que había delante de mí libre.

—No está nada mal —me susurró Giselle.

Me encogí de hombros y volví a mirar mi libro.

—Bueno chicos, sigamos con la clase...

El timbre sonó y rápidamente Amber, Natalie y dos chicas más se acercaron al nuevo.

Recogí mis cosas y salí de clase con Giselle y Brittany.

—Son peores que las hienas —comentó Brittany.

—Bueno, se divertirán un rato con él y luego le harán la vida imposible —concretó Giselle—. ¿No crees, Char?

—Sí, supongo.

Abrí mi taquilla y cambié los libros que tenía dentro.

—Perdona. —Me di la vuelta y vi al chico nuevo delante de mí—. ¿Eres Charlotte?

—Sí, soy yo.

—Me ha dicho el profesor que tú podrías dejarme los últimos apuntes que ha dado.

—¿Yo?

—Si no te importa, claro —dijo esbozando una sonrisa.

—Sí, claro. —Metí la mano en la taquilla y saqué unos cuantos papeles—. Si tienes cualquier duda, pregúntame.

—Te los devolveré mañana sin falta.

—No te preocupes, tómate tu tiempo.

Le sonreí un poco y volví a darme la vuelta.

—¿Quieres comer con nosotras? —le preguntó Giselle—. Si todavía no conoces a nadie.

Miré a Gis que sonreía.

—Claro —contestó sonriente.

—Yo soy Giselle y ella es Brittany.

—Encantado.

Fuimos los cuatro a la cafetería, cogimos la comida y nos sentamos en la mesa de siempre.

—¿De dónde eres, Thomas? —le preguntó Giselle.

—Nací en Canadá y a mi padre le han destinado hace poco aquí.

—Así que canadiense. —Giselle me miró y me guiñó un ojo.

Brittany soltó una risita y le hicieron todo un interrogatorio al más puro estilo de dos maravillosas cotillas.

Trevor, Joe y Duncan entraron en la cafetería. Trevor arrugó la frente al vernos y le dijo algo a Joe. Cogieron su comida y se acercaron a nosotras.

—¿Interrumpimos? —preguntó mi hermano.

—Sentaros —les ofreció Gis—. Thomas nos estaba contado su vida en Canadá.

Y ahora MillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora