T1 - C4

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Luego de varios meses sin verse, el estar así, acostada sobre el pecho denudo de su novia, ambas arropadas con suaves telas, parecía un simple sueño.

Y más aún con el hecho de que sus hermanos habían prometido no molestarla a menos de que sea realmente necesario, y así ambas jóvenes podrían estar juntas luego de tantos meses separadas.

─No sabes cuanto extrañe esto. ─ habló en tono bajo Zahria haciendo que Drea levante un poco su cabeza para mirarla.

─Yo también lo extrañe. Te extrañe. ─ admitió perdiéndose en el hermoso bosque verde con tonos marrones de sus ojos. ─ Extrañaba mirarte.

─¿Solo mirarme?─ cuestionó en medio de una risa.

─Mirarte, ─ se levantó un poco. ─ acariciarte. ─ pasó sus manos suavemente bajo las sábanas sobre su torso desnudo. ─ Y besarte. ─ finalmente la besó en un beso lento que demostraba todos sus sentimientos.

─Creo que debería irme más a menudo si esta será mi bienvenida. ─ habló una vez se separaron de aquel beso.

─Ni se te ocurra. ─ la miro sería. ─ Estoy por decirle a Lexa qué se busque a otra para hacer lo que tú haces. Cada vez el tiempo de tus viajes se alargan más. ─ hizo un pequeño puchero qué Zahria no tardó en besar.

─No creo que eso sea posible, amor. ─ acarició su rostro. ─ Mejor disfrutemos de esto antes de que tenga que volver a ir.

Drea mantuvo el puchero que poco a poco empezaba a ceder bajo los besos de su amada, y volvieron a envolverse en su pequeña luna de miel por un par de horas más.

Aquello no duró tanto, pues cuando ambas estaban riendo acurrucadas nuevamente comentando lo que había pasado en la ausencia de la peli blanca, un ave pequeña entró a la cabaña, posándose en el brazo de su guardiana.

No le quedó más de otra qué sentarse tapando su torso con la sábana para escuchar a su pequeño amiguito diciéndole que la Terra necesitaba de su presencia y que lamentaba haberla molestado en tales circunstancias.

Bastante frustrada se levanta buscando su ropa siendo observada atentamente por Zahria con una sonrisa ladina.

─¿Es muy necesario que vayas? Quédate un ratito más. ─ intentó persuadir desde la cama sin perder de vista ni un solo movimiento de la castaña.

─Debo ir. Prometieron que no nos molestarían a no ser que sea realmente necesario. ─ se dio la vuelta notando de inmediato su mirada, y con una sonrisa divertida se acercó a pasos lentos de vuelta a la cama. ─ ¿Te gusta lo que ves?

─Me encanta. ─ la besó en cuanto la tuvo lo suficientemente cerca. Pero el beso no duró mucho, pues Drea nuevamente se alejó con una sonrisa burlona de camino a la ducha. ─ No es justo.

Intrusa |The 100 - En Curso| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora