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─¡Demonios! ─ escucho maldecir a su hermano cuando el cerdo que estaban acechando lo escucho y huyó.

─Jamás había visto a alguien tan hábilmente inútil. ─ se burló Jensen del castaño.

Drea río por aquello, volviendo a su tarea de jugar con Astrid y Sage, quienes rogaban la atención de su guardiana.

Hace ya varias horas se encontraban cazando por el bosque, y para la mala suerte de los chicos, los animales huían de ellos. Drea sabía que era porque ellos podían sentir los nervios de Coriane, y también de que se encontraban nerviosos por la llegada de los Skaikru.

─¿No pueden usar sus superpoderes naturales y conseguirnos comida? A este paso, Aren nos va a matar de hambre. ─se quejo Krista.

─Tengo un mal día, ¿si?

Drea solo ignoró con una risa la pequeña pelea en la que se adentraba su hermano y amiga. Y en su lugar empezó a correr siendo perseguida por Sage, que saltaba intentando atrapar a su amiga.

─¿De verdad no nos puedes conseguir nada? ─ habló Jensen. ─ Digo ya que lo tuyo es hablar con animales.

─Sabes que no Jensee. ─ suspiro sin mirarlo. ─ Respeto que el ciclo de la vida siga su rumbo, y que ustedes busquen alimentarse. Pero de ahí a que yo mate, literalmente a un animal… Eso ya es cruzar una línea enorme.

Ella se negaba a siquiera ayudar a matar a un animal, ya que si lo hacía, estaría literalmente rompiendo con su deber; proteger, cuidar y respetar a los animales.

Se introdujeron en una pequeña discusión entre todos, de que morirían de hambre si dejaban que Aren intentara cazar una vez más, y de que a este paso tal vez sigan los pasos de Drea y se conviertan en vegetarianos. Todo esto sin notar que Coriane, a un lado suyo, estaba centrando toda su energía en su poder para localizar a algún ser vivo en el bosque, y al cabo de unos minutos, lo logró.

─Lo tengo. ─ habló abriendo sus ojos, interrumpiendo la discusión de sus amigos.

Todos empezaron a seguirla, esta vez teniendo especial cuidado en no hacer ni un solo ruido y ahuyentar al venado, quien se encontraba a unos metros comiendo la hierba en paz. Drea prefirió no mirar, y en cambio se escondió tal y como niña pequeña tras su hermano para no ver como mataban a ese dulce venado. Y había gente que la consideraban como una de las mujeres más temidas y respetadas… “si tan solo supieran”, pensó Aren.

Intrusa |The 100 - En Curso| Where stories live. Discover now