Amantes Nocturnos [Ktdk]

El comienzo

La luna brillaba en lo más alto del cielo, sus rayos grisescos penetrando las finas capas de hojas que cubrían a un bosque sumido en aullidos de lobos.

En lo más profundo de aquella densidad, una rama cedía debajo de una gran garra de un hombre lobo. Aquella rama rompiéndose en varios pedazos, ahuyentó a aquellas aves que se encontraban en su tranquilo reposo.

Mientras tanto aquel hombre lobo seguia su paso firme, en su hombro llevando un bolso de lona.

Sus garras y patas dignas de un hombre lobo como él, dejaban huellas profundas en aquella tierra llena de vida.

Sus ojos carmesí escudriñaban alertas por cualquier amenaza que se cerniera encima de él, sin embargo su mirada la mayoría del tiempo estuvo fijada en una oscura cueva enfrente de él.

En aquella cueva no parecía haber vida ni de insecto alguno, las luciérnagas que iluminaban el bosque parecían espantadas por algo y las arañas no pasaban de la entrada para hacer sus telarañas.

Sin embargo el hombre lobo no parecía espantado, pues después de caminar alerta, llegó a la entrada de la cueva en donde se agachó para revisar su bolso, revelando la desnudez de su torso.

De entre su bolso saco una gran linterna la cual golpeo suavemente para que prendiera. La tenue luz de la linterna ahora iluminaba la entrada y el hombre lobo sin vacilar, entró a la cueva sintiendo aquel frío que emanaba de allí.

La cueva era pequeña, tan sólo unos dos pasos y ya había llegado a lo profundo de la cueva. Aunque para el hombre lobo, esto era lo más normal debido a que ya había pasado por esto muchas veces.

Pero, no obstante, no se retiro, en cambio llevo una de sus manos afiladas a tocar la piedra de la pared, mientras que la otra sostenía la linterna.

Después de lo que pareció una eternidad, una roca cedió bajo la afilada mano del hombre lobo.

Allí fue cuando la tierra empezó a temblar, haciendo que tanto animales subterráneos como insectos, salieran corriendo alarmados por el repentino movimiento terrestre.

"Bingo" Susurro el hombre lobo con una sonrisa mientras sentía el repentino temblor dando algunos pasos hacia atrás.

Una vez el temblor paso, la pared de roca empezó su moverse lentamente poniendo a prueba la paciencia del hombre lobo. "Vamos... Rápido" Susurro a si mismo mientras inconscientemente empezaba a golpear su pie contra el suelo.

Los siguientes minutos que pasaron perecieron una eternidad, hasta que por fin, con un estruendo, la pared se movió completamente mostrando un interior oscuro.

Entonces suspirando, el hombre lobo se adentró, entre tanto la pared que ha ia demorado tanto en abrir, se cerraba detrás de él a una velocidad impresionante.

Una vez allí, el hombre lobo saco algunos fósforos de su bolso y prendió los faroles que colgaban de las paredes hechas de roca revelando su ser, un hombre lobo rubio y de tez algo morena.

Con la oscuridad disipada, el hombre lobo se acercó a lo que parecía ser un ataúd negro con un cojín de rosas de diferentes tonos, además de tener incrustaciones de oro.

Ya cerca, dejó su bolso a un lado mientras subía la ventanilla del ataúd para ver su contenido, un chico. Un chico bello con piel de porcelana y con pecas que parecían constelaciones por su cara. Sus labios, de un rosa suave estaban curvados en una sutil sonrisa, sus mejillas teñidas de un suave rubor y su cabello enredado de un verde hoja.

El chico tenía sus ojos cerrados, pero no era seguro decir que estaba muerto.

"Deku... " Hablo porfin el hombre lobo presenciando al chico "Han pasado 600 años desde aquel entonces... 600 años sin ti"

Una leve sonrisa se formó en su cara mientras decía esto "Juro que encontraré al que te hizo esto, y te lo daré de cena" Estallo en risas mientras su mano acariciaba al vidrio "Jej... Es broma Deku"

El hombre lobo dejó escapar un suspiro antes de volver a levantarse para estirarse.

"Bueno... " Puso sus manos en su cintura "Tengo como sed" Sonrió mientras se dirigía a un rincón de la cueva de donde arrastró algunas cajas hasta el medio de la cueva.

Con la cajas en posición, el hombre lobo uso una de sus garras para romper la cinta y revelar el contenido de esta, cervezas en todas sus presentaciones.

Mirando la caja, el hombre lobo suspiro "Sabes, debería hacer algo especial hoy" Le hablo a la nada para después quedarse durante un momento en silencio como si estuviese esperando una respuesta.

"¡Exacto Deku!" Grito repentinamente "¡Hoy tomaré un buen sake, hasta el fondo!" Dejó escapar una risa ronca.

Entonces sus manos se adentraron en la caja, moviendo todas las cervezas a un lado mientras buscaba el sake.

Busco durante algunos segundos hasta que encontró la joya, un sake gigante.

Sus garras se aferraron al sake mientras lo sacaba "Perfecto" Dijo.

Usando una de sus garras quitó la tapa y olfateo el sake.

"¡Hasta el fondo!" Grito y sin dudarlo, llevo la boca de la botella a su boca de lobo y empezó a beberlo como si fuese la última coca cola del desierto.

No pasó mucho tiempo hasta que la botella estuvo vacía por una sola bebida.

"Mmm...No es tan fuerte" Habló dejando la botella a un lado "Uyyy, todo da vueltas" Dejó escapar una risita mientras se levantaba.

Una vez en sus dos pies, empezo a caminar hacia el ataúd nuevamente "¡Mmm maldita sea mocoso! ¿Otra vez en ese ataúd?" Fruncio el ceño acercando su pie tambaleante para golpear el ataúd con fuerza.

"¡Auch! ¿Como se te ocurre golpearme?" Preguntó con una mueca formándose en su cara, entretanto tomaba su pie adolorido "¡Te la veras conmigo!" Exclamó.

Entonces sin previó aviso, el hombre lobo tambaleante, cayó en el suelo de la cueva.

"Mmmm...Que suave cama" Su mano se enterró en la tierra "Huele a cagado... "

Acto seguido, los ojos del hombre lobo se cerraron y con un suspiro, se quedó dormido. 

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Yo se que fue un cap muy corto, pero no sabía cómo continuarlo de ahí en adelante. 

Bueno, no soy de mucho escribir porque suelo distraerme mucho, igualmente trataré de publicar los capítulos rápidos, además yo se que hay errores (especialmente los signos de puntuación y tildes) pero he decidido no preocuparme por ellos y seguir en mi escritura sin que sea perfecta.