Capítulo Tres

9 4 0
                                    

Sebastián Dradas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Sebastián Dradas

Me encanta la época del verano, el simple hecho de como la playa se llena de esa hermosas vistas todas moldeadas a como se han hecho todas las mujeres, la belleza natural como es el azul del cielo y del mar. Por alguna razón mi casa está hecha un lío; puede que algo este en espera y de lo cual no esté enterado pero, no soporto esa sensación de no poder tener tranquilidad ni en mi propia casa aunque al parecer a mis padres y a mí hermana les importa un comino lo que yo opine. Es insoportable el ruido de pasos por aquí y por allá, atareado por una chica que ni siquiera yo conozco y que sobre todo dormirá en mi casa.

Se que me gustaban las fiestas pero por alguna razón todo ha cambiado, me he concentrado en leer y seguir aprendiendo cada día en vez de desvivirme por las fiestas y el dichoso alcohol que nunca puede faltar. Estuve en ello casi perdiendo lo que era realmente yo; mi ex novia sin duda me dio un puñetazo que hizo que llegara allí, pero ese no es mi mundo y mucho menos es lo que quería. Salí de allí de ese mundo que está medio roto y que no acepta que está roto en mil pedazos.

—Oye hermano me enteré que hay fiesta en tu casa ¿Porqué no me lo habías dicho? —Elías llega con una cerveza hasta la mesa que habíamos pedido frente a la playa para pasar el rato, el cual ya me amargo.

—Solo hasta ayer me enteré que habría una fiesta en mi casa el día de hoy ¿Cómo iba a invitarte? Yo no tenía idea de esa locura y todo para recibir a una pequeña niña que perdió a su madre, y que dicha madre era mejor amiga de la mía. No te parece un poco estúpida toda esa locura.

—¿Chica? Vendrá alguien nuevo y estará justo en la boca del lobo, pobre de ella si cae en tus garras —el soltó una sonrisa de medio lado — iré a tu casa está noche para conocerla a ver si por fin te gano en una.

—Dudo que me ganes, todas caen ante mi, sin importar como ellas caen. —Solo reí aunque por dentro no tenía ganas de participar en sus juegos pero yo no me acobardo nunca.

—Que poca fe me tienes, no pareces ser mi mejor amigo pero no hables mucho cuidado te enamoras de ella, andas profesando tanto odio que hasta creo que podría convertirse en un hermoso y lindo amor de verano o para siempre — tomo un gran sorbo de su cerveza para luego dar un mordisco al limón de sus manos.

—Que puedo decir, soy más atractivo que tú, eso no lo puedo ocultar. Y tampoco puedo cambiar mi hermoso rostro por uno ridículo como el tuyo. Segundo, ¿Cómo crees que me voy a enamorar? Sabes lo que sucedió con ya tu sabes quién.

—La única que puedo conquistar es a tu hermana y anda con el idiota de Gabriel no entiendo que le ve a ese tonto niño. Y lo que pasó fue hace mucho tiempo ya puedes darte otra oportunidad no te andes con idioteces.

—Le ve amor, no el simple sexo que tú le quieres dar y que yo no permitiré que suceda. Sabes que mi hermana está prohibida para ti y para todo el que vea que se quiera aprovechar de ella, y tú eres uno de esos. Y ya dejemos ese otro tema lejos.

Al Otro Lado Del Mundo (En Proceso)Where stories live. Discover now