Capítulo Uno

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Fleur Lambert

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Fleur Lambert

No puedo evitar sentir aquel vacío de no tener a mi madre, es como viajar en un camino oscuro donde es imposible encontrar la luz, es difícil creer que se puede salir de las tinieblas que causa el haber perdido a una persona especial. Ella era mi mejor amiga, aunque eso se escuche ilógico en esta actualidad donde hay tantas hijas que no son muy unidas a sus madres, pero ella lo era todo en mi día a día y ver qué ahora no compartimos nada más que el espíritu y partes de su tristeza, felicidad, y lagrimas dentro de esta casa me hace pensar mucho más en lo que vivimos y en todo lo que nos hizo falta vivir. Una casa llena de recuerdos, esos que me hacen mantener viva el cuerpo que me sostiene aquí, pero recuerdo también todos esos aquellos juegos, aquellas sonrisas que sin problema alguno nos regalábamos entre las dos y vivíamos así en nuestro propio cuento de felicidad.  

Creo que es momento de hacer un cambio, han pasado seis meses desde que ella murió y siento que estoy haciendo todo lo contrario de lo que ella quisiera que yo hiciera, seguir con mi vida. Fueron meses que se dispersaron tan rápidos como ver una estrella fugaz por la noche a la que le pides un deseo; pero en estos seis meses ese deseo de querer volver a tener a mi madre conmigo no fue cumplido, y entiendo el hecho de que estamos en dos puntos diferentes de la vida y por lo cual no volveremos a estar juntas. Pero lo peor de todo es que extraño una figura materna, ella era mi única familia, compartíamos la sangre y ahora no tengo a nadie que me brinde ese abrazo que recibía cada mañana, o el beso de buenas noche luego de cubrirme con las sábanas que acostumbraban a tener aquel aroma a flores gracias al suavizante que ella usaba en cada lavada, los consejos que me daba cada vez que ella creía que lo necesitaba y ni hablar de cada una de esas veces que la necesitaba. Ella lo era todo para mí, y ahora siento que no sé en qué dirección ir pero debo averiguarlo yo misma no puedo parar mi vida porque el tiempo sigue corriendo.

Después de pensarlo varias noches, comunicarme con la única persona que conozco y que mi madre estaría tranquila de estar con ella; su mejor amiga, sí, aquella mujer Colombiana llena pecas en sus mejillas y el largo cabello castaño que solía peinar cuando era pequeña. Recuerdo todas esas trenzas que hacía con su hija Laura, es de mi misma edad pero también tengo tiempo sin verla. No entiendo cómo pudieron ser mejores amigas estando a tantos kilómetros de distancia es al otro extremo del mundo y por más que piense como se llegaron a conocer no lo comprendo aun. Nosotras hemos vivido siempre en Francia, por lo que eso me hace pensar en que momento ocurrió todo eso, pero también recuerdo que son mayores se conocieron en su juventud, por más que trate de evitar no puedo ella es ahora lo único que puedo tomar como una familia, ella y su hija están allí esperando recibirme con los brazos abiertos desde hace mucho tiempo solo que no me sentía lista para viajar y olvidar lo que me mantenía en casa.

Soy Fleur Lambert, tengo veinte años y aún no he encontrado mi vocación para estudiar, es raro porque muchos al terminar la escuela saben que es lo que quieren ser en la vida pero tengo pensado hacerlo después de estás cortas vacaciones he pensado un poco en estudiar Lenguas extranjeras, al hablar francés y español tan fluido me hace me querer eso de aprender varios idiomas. Trato de empacar en  aquella maleta azul que una vez mi madre me regaló con lo que yo creo que es necesario como es el bronceador, vestidos de baño, alguna pocas ropas  que solía comprar en algunas tiendas de verano, y ni hablar de lentes para sol, la verdad no tengo idea de que llevar pero si necesito algo lo compraré allá, ya estoy muy atrasada con esto.

Al Otro Lado Del Mundo (En Proceso)Where stories live. Discover now