Capítulo 8: Estrés y desveladas

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POV Danna
Las noches siguientes estuvieron llenas de estrés, no tenía mucho tiempo para terminar todo y me tenía que apurar. Durante la semana apenas si dormía un par de horas, no comía mucho y ni se diga estar presentable.
Alex venia un rato todos los días después de su trabajado, a veces venía Isa también, ella me cae muy bien, no hablamos mucho pero es muy linda, y trabajaba en la música, la verdad agradecía su compañía porque aunque no habláramos mucho era reconfortante tener a alguien cerca. También agradecía que se tomara el tiempo de venir y ayudarme en algo tan importante para mi.

Eran doce vestidos en total, llevaba 5 y solo me quedaba una semana. Necesitaba apurarme.
En este punto fue cuando todo empeoró.
Empecé a descuidarme cada vez más con tal de poder terminar todo a tiempo.
Los nervios me estaban matando, me temblaban las manos, tenía llenas de heridas por estar cosiendo.
Estaba agotada, pero si paraba no iba a terminar los vestidos.
Tendría que sacrificarme.

Eran las 6 de la tarde, me dieron ganas de ir al baño, intenté pararme de la silla y casi me caigo.
Camine como pude al baño y al verme en el espejo casi me da un infarto. Estaba pálida, con ojeras en los ojos y mucho más delgada.
Din-Don.
Escuche el timbre y empecé a entrar en pánico, no podía dejar que Alex me viera en este estado. Parecía cadaver.
Agarre un sombrero que estaba en mi cuarto y me lo puse para que ocultara un poco mi cara.
Fui a la entrada y abrí la puerta intentando parecer normal.
-¡Hola Alex! ¿Cómo estás? -dije demasiado rápido.
Alex se quedó bien mi sombrero.
-Hola... ¿estás bien?
-¿Yo? ¡Estoy perfecta!
Antes de que pudiera contestas lo jale del brazo y lo lleve al cuarto, lo senté en la silla y me puse a coser.
-Oye ¿en serio estás bien? Te ves un poco... -dudo.
-¿Un poco que? ¿Te parece que me veo mal? ¿Es eso lo que quieres decir? -tenia los nervios demasiado alterados y estaba empezando a enloquecer.
-¡No!, no te ves mal es solo que... te ves cansada ¿haz dormido bien?
-¿Dormir? ¡Claro que duermo bien! ¡Súper bien!
Me volteé y me concentré en seguir cociendo.
No protestó más y sacó su computadora para ponerse a trabajar, se puso los audífonos y ninguno de los dos habló por un rato.

Al cabo de una hora Alex empezó a inquietarse y a ponerse ansioso, noté eso y lo volteé a ver.
-¿Que te pasa? Pareces pulga.
-Lo siento, es que tengo hambre ¿te molesta si preparo algo de comer?
-¿Comer? Ok.
Se paró de su silla y fue hacia la cocina, escuchaba cómo abría las puertas de las alacenas viendo que preparar.
-¿Está bien si hago pasta? -gritó desde la cocina
-Ok
Seguí cociendo, a pesar de hacer la mayoría del trabajo con una máquina de coser había cosas que tenían que hacerse a mano y eso me llevaba más tiempo.
Paso un rato y Alex entro en el cuarto.
-Ya está la comida.
Me paré de la silla y un segundo después estaba en el piso. No tenía fuerzas para quedarme parada.
-¡Danna! -Alex se agachó a un lado de mi y me ayudó a pararme, me senté de nuevo en la silla.
Me sentía mareada y se me estaban cerrando los párpados.
-Deberías descansar, no te puedes ni quedar parada.
Duerme un rato.
-No puedo, por más que quiera no puedo perder tiempo... no voy a alcanzar a hacer todo.
-No vas a lograrlo en este estado, te estás descuidando y te va a hacer daño.
-Lo se... pero es mi única opción, no puedo fallar, todo tiene que quedar perfecto...
Alex se quedó en silencio unos segundos, pensando.
-A hermana también le encanta la moda, no es diseñadora pero si sabe usar la máquina de coser y coser a mano. Vive en Monterrey, le puedo preguntar si puede venir a ayudarte.
Me quede procesando lo que había dicho.
-¿Por que?
-¿Porque que?
-¿Por que eres tan amable conmigo? En dos semanas ya me has ayudado un buen de veces. Apenas me conoces.
-Pues, no lo sé, me gusta ser amable y ayudar en lo que pueda... ademas me caes bien, aunque apenas te conozca. Creo que eres muy talentosa y se ve que amas tu trabajo, eso es algo que tenemos en común, bueno, no se si en lo del talento coincida contigo pero en lo otro si.
-Si eres talentoso, y también me caes bien. Gracias
Me ayudo a pararme del suelo y me llevo a la cocina, recalentó la comida y me ayudo a comer.
Me ayudo a ir al cuarto y me ayudo a acostarme en la cama.
-Descansa, lo necesitas y se que tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.
-Gracias, por todo lo que has hecho.
-De nada, buenas noches.
-Buenas noches.
Salió del cuarto y en cuanto mi cabeza toco la almohada me quede dormida.
Sumergiéndome en un mundo de paz y tranquilidad.

Sanar para amarWhere stories live. Discover now