Capítulo 42

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Por siempre
Cap 42 = Te esperó.
Kara Danvers y Steve Rogers.

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La noche llegaba y Kara se encontraba prestando todo para la llegada de su hermana, ya había comprado helado y elegido la película, solo faltaba su hermana.

María ya le había asegurado que iría, además Kara sabía que no fallaría, porque si era así Kara no le contaría nada y María no lo permitiría.

Entonces tal y como Kara predijo, unos golpes resonaron en su puerta. Kara fue a abrir y obviamente se trataba de su hermana.

— Fue un infierno llegar acá, así que no me pidas ir por comida.— Fue lo primero que dijo María entrando al departamento de su hermana.

— Van a ser las once de la noche, ya tengo la comida lista.— Respondió la rubia. — Aunque si a comida te refieres a helado...

— ¿De pistacho?— Preguntó ilusionada Maria.

— Y lucuma.— Confirmó Kara.

María dejó su bolso encima de la mesa y luego pudo ver que Kara ya tenía todo listo frente a la pequeña mesa del sillón.

— ¿Qué película elegiste? — Cuestionó la castaña sentándose en el sillón.

— Un puente hacia Terabithia.— Respondió Kara con una sonrisa.

— La has visto mil veces desde que salió y siempre lloras, no lloraré contigo, Kara.— Señaló su hermana.

— Eso es porque eres una insensible.— Declaró la rubia tomando su helado y su hermana el otro, pero no pudieron comer, no tenían cucharas.

— Si ajá. Además no vamos a ver la película, vamos a hablar.— Indicó María con una sonrisa burlesca.

— Yo preferiría ver la película.— Propuso la otra.

— No intentes escapar.— Remarcó la castaña.

— ¿Te dije que Cat no me despidió?— Balbuceó Kara poniendo la película.

— Era obvio, por alguna razón eres su favorita.— Afirmó María, tomando el control remoto y pausando la película.

— Lo sé, pero no es totalmente bueno porque...— Divagó la otra poniéndose de pie a buscar un par de cucharas.

— Kara. Ya ven a sentarte.— Señaló María, mientras Kara se acercaba y le entregaba una cuchara.

— Está bien.— Murmuró Kara volviendo a su asiento.

Ambas hermanas comieron un poco de helado antes de hablar.

— Así que... Steve. Dijiste que hablarías... pero si no quieres está bien.— Indicó Maria con una voz cariñosa.

— No, tranquila. ¿Qué quieres saber? Aunque en realidad no hay mucho por decir... creo.— Aclaró su hermana con tranquilidad.

— ¿Cuando empezó?— Fue lo primero que preguntó María.

— Menos de una semana.— Respondió Kara, y la expresión de su hermana cambió.

Por siempre | Steve Rogers y Kara DanversWhere stories live. Discover now