𝐒𝐢𝐞𝐭𝐞

1.1K 116 24
                                    

SEPTIEMBRE DE 1983, TIERRAS ALTAS DE ESCOCÍA, HOGWARTS.

Adeline se encuentra en la orilla del lago. A su derecha, hay escuálidos arbustos que se acurrucan entre el césped como duendes de hierba entre la tierra sobre la que está de pie.

Contempla las ondas que bailan sobre el agua y los destellos de las hadas que bailan sobre los nenúfares mientras el sol amenaza con despedirse y la luz dorada le baña el cuerpo completo.

Lleva casi una semana de trabajo sin parar con Riddle, pasando sus horas de trabajo codo a codo junto a la terrible presencia de él y despertándose temprano para correr a colar y embotellar líquidos ardientes.

Adeline observa las olas sutiles que se forman en los bordes del lago mientras vientos rebeldes le mueven el pelo. Son los caballos alados que con sus enormes alas desafían al viento natural, pronto habrá una competencia y está todo el equipo de Hogwarts entrenando obsesivamente.

Por supuesto, Riddle es el que más horas de entrenamiento extra lleva. Le dijo a Adeline que no podría asistir al embotellamiento de una tanda más de Amortentia y que luego se la recompensaría. Le dijo que estaría ahí para cortar los corchos y organizar etiquetas, pero luego debía irse. A Adeline ni siquiera le importó. Fue un alivio estar sola al menos una vez.

Adeline mira a los caballos sobre su cabeza y se pregunta cómo entrenan, de donde vienen, cuantos años tienen, y se pregunta qué pasaría si ella se atreviese a montar alguno. Si era igual que manejar una escoba o el grosor del lomo del caballo la haría desestabilizarse.

Sus ojos comienzan a agotarse debido a la brisa fría. Se secan y se enrojecen.

A si que Adeline toma sus cosas del césped, se gira sobre sus latones y se larga.

Han sido largas e interminables semanas junto a Riddle. Adeline lo estudia como si estuviera cerca de una bestia en peligro de extinción. Es insoportable. Cada vez encuentra una forma de humillarla. Le quebró los huesos de la mano en defensa contra las artes oscuras y estuvo toda la sesión de laboratorio observando como él gozaba de todos los implementos el solo. Su paranoia de que debían estar ambos al mismo tiempo en la habitación por al menos 10 minutos era persistente, y, una vez más, insoportable.

Adeline pensó en él cada vez antes de irse a dormir. Lo comparó con un dibujo de Hades que había hecho una vez; pero Riddle era mas elegantemente delgado y su nariz era formal. Lo comparó con una pesadilla que tuvo una de vez de algo pálido, sin nariz ni cabello, uñas ensangrentadas y ojos escarlata; Pero Riddle tenía la mirada de un azul insoportable que cambiaba con forme la luna bailaba en el cielo.

Cada vez que se le presentó él la humilló. La insultó y la rebajó.

Y Adeline no quiso responder. El futuro era una respuesta más cruel y ella se conformaba con eso. Rogando por que se pudriese en algún lugar recóndito.

Sus ojos se iluminan y se apagan con forme va avanzando entre el pasillo lleno de ventanas que reflejan la luz dorada de la tarde. Esquiva al montón de alumnos y los niños de primer año le revuelven la capa. Su túnica se mueve descuidadamente mientras camina y se acomoda un mechón rebelde detrás de las orejas.

El lago es un buen lugar para cerrar una sesión de estudio luego de haberse hundido durante todo el día en la biblioteca estudiando para un examen de encantamientos. Le pesan los ojos al igual que el diccionario que lleva sobre los brazos.

Desliza la punta de los dedos por las paredes de piedra del castillo. La frialdad de la roca le da una sensación de frescura que la aleja del agotamiento.

Da saltitos por las escaleras de mármol y se cruza toda la sala común para ir inmediatamente a la habitación de Theodore Nott.

Hay alguien que la sigue.

Paris, Texas - Tom Riddle Where stories live. Discover now