Otro problema eran las lenguas de los ejemplares, habían tenido que descartar muchísimos de ellos al estar en lenguas desconocidas. Entre las grandes estanterías habían encontrado volúmenes en hindi, árabe, bengalí, griego antiguo, latín, suajili, español o decenas de otras lenguas. Humanas. Había otros libros con grafías y lenguas irreconocibles que no fueron capaces siquiera de identificar.

Destacaba el gran número de obras en francés, y aunque lo habían intentado,  no disponían del nivel para comprenderlas. Los traductores en línea eran una opción, pero entre que la conexión a internet no era muy fiable y que seguían teniendo una gran cantidad de libros en su propia lengua, acabaron decantándose por estos.

En ese momento Naia había encontrado un fragmento de una bitácora firmada por B. Tannhäusen que parecía contener información detallada sobre los fantasmas. Pese a ser un diario de campo, era uno de los pocos tomos que había leído donde no entraba discordancias entre sus mismas páginas.

«Compendio cuarto: fantasmas, espíritus o espectros » empezaba.

«Denominados de muchas formas dependiendo de la época, la región u otras circunstancias, los fantasmas son almas que una vez separadas del cuerpo tras su fallecimiento permanecen en el plano mortal. Desconozco el motivo exacto por el cual ocurre pese a haber leído gran cantidad de hipótesis y teorías y haber conocido a algunos de ellos. Sea como fuere, en la mayor parte de los casos estas almas permanecen ancladas a sus huesos o a objetos de gran sentimentalismo para ellas tales como joyas, libros, espejos, objetos personales diversos o incluso viviendas. En el momento en que esto ocurre al alma se le denomina fantasma o espíritu.

Comúnmente, los espectros son considerados seres malévolos y se asocia su existencia a la comisión del algún crimen o acto atroz durante su vida. Sin embargo, he podido documentar de primera mano casos en que estas almas han quedado ancladas al plano mortal al tener asuntos inconclusos tales como la voluntad de proteger o advertir a un ser querido o simplemente el no querer abandonar a un familiar o persona cercana, entre otros. Sin entrar en debates éticos, en otros casos este hecho si que parece responder a causas 'malévolas' tales como la venganza o la voluntad de hacer sufrir a otras personas.

En otros casos no parece haber motivo alguno. Sea como fuere, no he encontrado relación alguna entre el hecho de convertirse en fantasma y la bondad o maldad durante la vida. 

Ha llamado mi atención como aquellos espíritus que llevan más tiempo en el mundo terrenal parecen ir perdiendo el raciocinio a la vez que ven aumentada su ira y violencia llegando a poder manifestarse y adoptar una cierta corporeidad. Esta violencia parece manifestarse a través de estallidos, inicialmente puntuales pero que rápidamente pasan a constituir la normalidad para estas almas. En este punto parecer haber desaparecido todo rastro de humanidad.

Posterior a esta etapa parecen ir perdiendo la vitalidad hasta transformarse en los llamados 'rondadores', incapaces de hacer nada más que vagar sin rumbo ni consciencia.

Durante mis contactos con aquellos especímenes más violentos, he llegado a confirmar, que, al adoptar cierta corporeidad, el contacto con el hierro los hace desaparecer temporalmente. Por otro lado, la sal actúa a modo de barrera impidiéndoles entrar o salir del perímetro marcado con este mineral.

Estas medidas son meramente disuasorias siendo la quema de los huesos o del objeto al que se han adherido para mantenerse en el plano mortal la única manera de deshacerse de ellos de manera permanente. Tampoco he conseguido evidencia de qué ocurre tras estos actos».

—Mierda.

Su mirada saltó instintivamente hasta Asia.

No la conocía demasiado, pero parecía tranquila y calmada, tímida, reservada, pacífica.

Cuando la muerte desaparecióWhere stories live. Discover now