34.- Final: Por un error.

14.2K 736 42
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Samanta.


—¡No lo puedes hacer! —le grito a Lily.

Ambas estamos en medio de nuestra sala discutiendo. Estoy muy enojada con la mujer frente a mi.

Son muy pocas las veces que estamos en desacuerdo en algo, más al punto de gritarnos de esta forma, pero esta vez yo tengo la razón.

—¿Qué pretendes, Samanta? ¿Qué me vaya de la ciudad y te deje en medio de uno de tus peores momentos? ¡Estás loca si crees que voy hacer eso! — me grita de nuevo, está enojada.


Suspiro porque me tiene muy frustrada.

—Es la oportunidad de tu vida, no puedes desaprovecharla por mi.

Lily me mira con los ojos achinados.

—No puedo irme a otra ciudad, no ahora.

Me acerco a ella para darle énfasis a las palabras que van a salir de mi boca en este momento

—Si tú te quedas y rechazas ese trabajo, te juro por el cielo, Lilianna, que acabo con nuestra amistad para siempre —le hablo sería.

—No puedes hacer eso —susurra.


—Sí pudo hacerlo, debes marcharte.

Mi amiga me mira derrotada y se sienta en el sillón de la sala.

Le han llamado para darle el empleo de su vida y ella quiere rechazarlo solo porque debe mudarse a otra ciudad y no quiere dejarme sola.

—No quiero dejarte —sus ojos se cristalizan —No es lo mismo viajar por unos días por trabajo que irme definitivamente.

Yo me acerco y me siento a su lado.

—Ya han pasado dos meses, estoy asistiendo a terapia, tengo a Alexander, a Sara y la próxima semana empiezo un nuevo trabajo, puedes marcharte —la tomo de las manos.

Álex me consiguió citas con una terapeuta increíble, aunque me negué él paga cada consulta, nuestra relación está más fuerte que nunca y, a pesar de nuestra perdida hemos aprendido a sobrellevarla juntos como un equipo.

He conseguido trabajo en una firma contable como titular, y eso me ha llenado de alegría. Aunque algo dentro de mí me dice que mi novio tuvo algo que ver, no he querido preguntarle.

—¿Estás segura? —su voz es casi un susurro.

Apenas estoy saliendo del agujero donde me dejó la culpabilidad de perder a mi bebé, no puedo cargar con el hecho que mi mejor amiga se quede en una ciudad donde sé ya no es feliz, rechazando el puesto que siempre ha querido solo porque yo estuve en un mal momento.

By mistake ✔Where stories live. Discover now