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“Impulsos”

Raiden era un impaciente, pero era muy precavido, tal vez su parte impulsiva siempre le ganaba, pero está vez, no sabía qué hacer con todo lo que había descubierto, pero está vez su impulso no le había ganado aun, solamente estaba sobre pensando, tenía que tomar una buena decisión, el tema, es que tenía que beneficiarlo a él, y ese era el reto, pintar a Baji como el peor monstro, esa era la única manera en que Reiko dejara de que ella lo sacará de su vida, pero tenía que hacerlo tan bien para que no sonora a venganza.

Tenía meses que no utilizaba sus audífonos para calentar, últimamente conversaba con Reiko de su día, los solía usar para evitarla, aunque casi siempre él solía empezar las peleas, también solían haber días en los que no quería una.

Hacía algunos estiramientos, mirando a la nada, a pesar de haberse distanciado, seguía muy comprometido, y también ese era un obstáculo, porque si Reiko se le volteaba, tendrían que decirle adiós al concurso y su ego era demasiado grande como para retirarse a esas alturas.

Una suave mano quitó uno de sus auriculares, y tocó su hombro, era esa curiosa chica de ojos verdes, que nunca se quedaba a callada y siempre sobre pensaba todo, y siempre se arrepentía por no quedarse callada.

—¿Ya me vas a decir que tienes?, ¿Hice algo mal?

—No, ¿De qué hablas? —, él se quitó ambos auriculares, dejo todo lo que estaba haciendo para acariciar las mejillas rojizas de la azabache.

—Me has evitado toda la semana en los entrenamientos, ¿Ya no quieres concursar conmigo?, ya sé que soy pésima en el ballet, prometo esforzarme más, lo siento.

—¿Eh?, yo también soy pésimo, no te preocupes, no es eso, tu no me has hecho nada, tranquila, solo que hay algo que no me deja tranquilo —aun con sus manos en sus mejillas, acaricio algunos cabellos rebeldes que estaban sobre el rostro de la menor, los intentaba peinar con sus dedos.

—Ya sabes que puedes contarme todo, prometo no decirle nada a Yasuhiro —alzo su meñique, las hermanas de Mitsuya le habían dejado una gran enseñanza, ahora para ella también era sagrada esa promesa —por el meñique, lo juro.

—No seas tonta, a ti te confiaría mi vida hasta con los ojos cerrados, no necesito esa clase de promesas, te lo contaré después, tranquila, anda me quitaré esto, cuéntame cómo te fue hoy —, guardo en uno de los bolsillos de su sudadera los auriculares, para prestarle atención a la azabache.

Reiko se quedó igual o peor, al menos tenía la certeza de que ella no había hecho nada malo, y eso la tranquilizaba, pero había aprendido últimamente a darle más espacio a las personas. Estuvieron ensayando una coreografía sencilla, que su entrenador les puso, era lo que iban a presentar, tenían que cruzar los dedos para que eso sirviera de algo.

Reiko al momento de guardar sus patines en su bolso, se giró a ver a Raiden, quien, aunque no quisiera, seguía distante con ella, frunció el ceño, se veía muy confundida, solamente cerro su bolso, se dirigió a Raiden, quedando al frente de él, lo miró fijamente, y le dio un abrazo.

El pecoso se quedó sorprendido, no supo cómo reaccionar, hasta que decidió cubrirla con sus brazos, coloco su barbilla sobre la de ella, Reiko jamás había tenido la iniciativa de abrazarlo, últimamente todas las muestras de afecto eran por parte de él, sin duda era algo que lo tomo desprevenido, pero no le disgusto, su corazón se le estaba saliendo del pecho.

—Mas te vale decirme que te pasa, sea lo que sea, confía en mí.

Ella se soltó de él, dejándolo a la mitad, sin duda Raiden se dio cuenta de lo mucho que le gustaban los abrazos de Reiko, pero era demasiado orgulloso para pedirle uno, sabía que ella se estaría burlando de él, y su orgullo no se lo permitía.

Solo Tú [Baji Keisuke x Oc]Where stories live. Discover now