Capítulo 28 ༒

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En la cocina, le ofrecí una soda y metí al horno de microondas unas palomitas.

—No hagas mucho ruido, mi madre está dormida —avisé.

—Claro —se sentó al otro lado de la mesa—. Pero dime, ¿qué pasó?

Desvié la vista un poco.

—Isabel vino a decirme que invitara a Circe, para pasar el rato con ella y Darcy —le resumí sirviendo jugo para ambos.

Expresó irritación.

—No te gusta verlas juntas, ¿cierto?

—Lo detesto —saqué las palomitas ya listas y las vertí en un cuenco, para ponerlas en medio de la mesa—. Por eso, el día que fuimos a la cafetería, Circe me besó y eso me agradó por un momento.

—... ¿Por Circe? —masculló con duda.

—No, me refiero a hacerle sentir a Darcy lo que yo siento —expliqué—, pero luego me arrepentí.

—Es que eres un pan de Dios —habló. Negué mirando a la mesa—. Recuerdo que, en San Valentín, le regalabas notitas con un dulce o un chocolate a los que no recibían nada.

Me reí.

—Eso fue en preescolar. Hace mucho que no haría cosas como esa.

—A mí me tocó una de esas notas.

Sonreí para mí.

—Sentía feo que muchos pasaran con sus obsequios, mientras que otros tenían las manos vacías.

—... Nadia, eras diferente —dijo serio—. ¿Qué te pasó?

Lo miré. Me encogí de hombros y bebí de mi vaso, pensando.

—Cuando supe quién era realmente mi papá, nada volvió a ser lo mismo.

Antes, mucho antes, yo era la clase de niña que invita a jugar a aquel o aquella que ve solo en el recreo, sin importar si lo conocía o no; la que nunca habría tomado algo que no fuera suyo; la que lloraba cada que veía un animal callejero pasando frío o con hambre; y me sentía muy mal si decía una mentira, por pequeña que fuera.

Luego, la adicción de mi papá inundó nuestra casa. Él era una parte importante de todo lo que yo era y descubrir que solo era un patán fue muy decepcionante.

—Lamento no haber estado contigo cuando falleció —expresó Ray, sacándome del trance.

—Ya no importa.

En ese tiempo, él y yo ya no nos veíamos ni la sombra.

—También vine a decirte que hablé con Santos —cambió de tema.

—¿Qué te dijo?, ¿qué le dijiste?, ¿le hablaste sobre mí?

—No —sonrió—. Le dije que por ahí me había enterado de que la chica que siempre la sigue, Isabel, es su novia.

—¿Y qué dijo?

—Mantiene la esperanza de que cualquier cosa la vaya bien.

Es decir, que a Darcy le dé igual un chico o una chica. La verdad es que eso no lo sé a ciencia cierta.

—Entiendo...

—No le conté nada sobre ti, ni sobre Darcy y tú. Aunque estoy convencido de que, una vez que lo sepa, se hará a un lado.

—... Prefiero que... mis cosas se queden aquí.

La idea de dar explicaciones o llamar la atención por eso, no me agrada. Mi vida solo me incumbe a mí.

Blackjack | TERMINADA | ©Where stories live. Discover now