Fantasias de Papel

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La noche había llegado y Erza ya había llegado de su entrenamiento. Con tal de olvidar ese "incidente" que se había formado con Jellal, entrenaba de más. Todavía se preguntaba ¿porque le ayudo si sigue con esas chicas? Ni ella lo sabía, solo que, por mucho que lo negara, necesitaba tanta o más ayuda como uno cualquiera. Quería obligarlo a ir a rehabilitación, pero para aquellas cosas, uno tenía que ir de forma voluntaria y no arrastrado por una mujer que en realidad no era nadie para hacerlo.

Simplemente ella no era nadie para él.

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Como adolescentes en plena secundaria, Natsu y Lucy no dejaban de cambiar mensaje o llamar para contar cosas absurdas, como si todo aquel tiempo nunca hubiera pasado y ella nunca hubiera accedido a ser la heredera de las empresas de su padre. Como odiaba cada vez que tenían que colgar porque ella conducía o estaba en el trabajo. eran como golpes de realidad, realmente asquerosos. Natsu le recordaba que había vida fuera de aquellas oficinas, que todavía estaba a tiempo de cambiar aquel destino que había cosido por accidente, dejando ese maldito trabajo y volcándose en uno sin estar atada a las regañinas de su padre o algo más asqueroso. Él le daba un sentimiento, una esperanza a la que quería agarrarse y salvarse. No quería dejar dejar de creer, pero ver de esa forma la realidad, el miedo incoherente, hacía que se retractó de cualquier decisión.

Necesitaba salir de fiesta con Levy.

Levy, a diferencia de ella se veía tan feliz...como si hubiera tocado las estrellas. ya antes se veía contenta rodeada de libros a diario, que la puntilla final, la reaparición de su amor de secundaria,parecía que vivía en una burbuja de suma felicidad.

- Lu-chan...no sabes lo que ha pasado- le gritó mientras entraba en la casa. Ella dejó su pequeña ensalada a un lado y fue a cotillear- Estaba con Gajeel en su casa cuando entró Juvia y le ofreció el sandwich y ella lo tiró. ¡Es serio lo que le pasa, Lu!

- Pero ellos dicen que es culpa del otro...

- No...Gajeel me dijo que fue culpa...culpa de todos

Aquellas palabras cayeron como jarra de agua fría. No se veían desde hacía doce años, ¿como pudieron influir en aquello? ¿habían sido modelo de referencia negativa? Al parecer, "el greñas" no había explicado nada y con aquello no podían hacer nada. Tampoco podían llegar a donde Juvia y soltar toda la sopa, todos se verían salpicados y temían matarla.

Su reencuentro no estaba siendo tan feliz como marcaban aquellas series de la televisión. Era bastante deprimente. De 10, ella se sentía asquerosamente infeliz, uno se culpaba de lo que su "hermana", una de las diez, tenía problemas. Dos eran relativamente felices y los cinco restantes se dividían en una que se arreglaba con cualquier cosa, su "amigo" que estaba en problemas de cárcel, dos que se peleaban por la misma mujer y una que se lo pasaba genial pervirtiendo a la gente. Eso tenía más bien esquema de pelicula americana.

Recordaba las charlas de clase, aquellas patéticas charlas de mira un trabajo con tus notas y muy escasas tutorías. Si pudiera ir a Fairy Tail a reclamar, diría que no preparar a los adolescentes para un auténtico absurdo y cruel mundo de adultos insensibles donde el joven parece un loco vividor.

- ¡Lu-chan!- esta se tranquilizó al ver que la miraba- ¡Di algo, que estas medio dormida!

- ¿Que quieres que hagamos? ¿Obligarla a comer comidas completas delante de nosotras como si fuéramos su madre? A vista legal o normal, solo somos ex compañeras, le-chan

Había sonado demasiado cruel, como si aquellas palabras lo hubieran dicho una completa extraña. Pero tampoco podía culparla. Tenía razón. Ellas apenas eran nada para hacer algo.

Don't Stop Believin'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora