Reencarnado en un juego Otome como el personaje feo del fondo (1era Temporada)

Capítulo 128 ─ El turno de la humanidad

Feliz Navidad queridos lectores.

Espero que la hayan pasado bien con sus familias y seres queridos.

Al parecer no hubo capitulo navideño, o quizás lo haga junto con el de año nuevo, veré si lo hago.

Nuevamente repito, ya quiero terminar este volumen así que estoy reduciendo conversaciones mucho, pero sin perder la chispa de lo entretenido que debe ser.

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Hace un par de años, Jerome fue citado al palacio.

Era una reunión solo entre él, el primer ministro y el emperador.

Él se preguntaba qué hacía allí.

Logró convertirse en maestro del gremio a una edad joven, ser un aventurero de Rango AAA lo cual es una rareza de conseguir.

¿Por qué estaba siendo citado en medio de la noche con el hombre más importante del país?

Era lo que pensaba mientras su sudor caía a la alfombra de tela suave y roja.

─Jerome, lamento pedirte que vengas a esta hora.

Dijo el emperador en un tono relajado pero sin perder su fuerte tono de voz.

─N-No hay nada que lamentar Su Majestad. ¿En qué le puedo servir?

─Si. Verás, hace poco el heredero de los Attley se convirtió en uno de los candidatos para ser el nuevo santo de la espada.

─Lo leí en el periódico. ¿Qué sucede con ello?

─Hay demasiados candidatos.

─ ¿Eh?

La expresión seria de Jerome se volvió tonta por lo que escuchó.

─Actualmente hay 8 candidatos para el santo de la espada, hay más jóvenes talentosos que pueden serlo.

─El problema en ello es que muchos de ellos fueron nombrados por nobles de dudosa reputación.

─Por ejemplo, Bernhard, él fue nombrado por el marqués Olgren el cual ha ganado mucho poder recientemente.

─Lo que quiero que hagas es simple ya que eres de los pocos en quien puedo confiar.

─ ¿Yo... soy confiable para usted?

─Así es.

Jerome sentía que esto era algo demasiado serio, él no podía siquiera imaginar lo que le pediría el emperador.

Con excepción del primer ministro que miraba la situación desanimado y suspirando.

─Quiero que te conviertes en uno de los candidatos para el próximo santo de la espada e investigues si alguno de ellos está metido en cosas ilícitas o pueden ser enemigos.

─Sabía que dirías eso.

─...

Jerome no sabía cómo responder. Solo pudo asentir.

─ ¡Sí! Una orden del emperador es algo absoluto, sin duda no le defraudaré.

─Bien. Tu nueva identidad secreta está preparada, hermano menor, adelante.

El primer ministro le entregó una carpeta donde estaba información falsificada de él.

─Todo lo que necesitas está allí, esto solo lo sabemos nosotros tres y nadie más se ha enterado.