La chispa en el alma

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Los fuegos artificiales sonaban fuertemente, la víspera de navidad estaba a la vuelta de la esquina y para ambos jóvenes la fecha era exquisita y perfecta, ideal para transformar los sonidos de sus besos con el retumbar de aquella atracción.

-Lumine.

El heraldo tomó la cintura de la rubia pegandola a él, lentamente acarició su cintura para luego recorrer lo restante con una de sus manos. Siguió con besos en los labios, besos llenos de pasión y deseo desbordante, y es que a simple vista podía notarse que él no esperaría por ella y que esa misma noche estaba dispuesto a entregarse en cuerpo y alma, estaba decidido, completamente, tenía que ser ella, solo ella y nadie más, la mujer con la que pasaría su vida entera, la mujer de sus sueños, su esposa y madre de sus hijos. ¿Qué importaba si ella era una simple subordinada qué recibía órdenes? él se encargaría de que fuera distinto, a su lado, como su mujer, la mujer más importante del universo mismo.

-Childe yo te.

El sonido suave que emitía el celular de lado izquierdo en su oreja hizo despertar al fatui lentamente, un sueño, fue todo lo que pudo obtener después de esa noche.

-Maldicion, sigo soñando con ella. ¿Qué es lo que me pasa?

Anteriormente después de lo que sucedió en la azotea de la posada, childe y lumine nuevamente prosiguieron con el plan que debían llevar a cabo, con la diferencia en que ahora tenían un acuerdo de tregua, ambos habían quedado en buenos términos ahora como camaradas, no sin antes agregar términos y condiciones. El heraldo guardaría el secreto de esa noche, pues si se descubría de lo sucedido con la escena junto al jefe, el trabajo de la espía corría peligro, y a cambio de su silencio, él podría tutearla y llegar a conocerse para según él, ser "buenos amigos".

-Buenos días tartaglia, cámbiate, tenemos un pequeño trabajo que realizar esta noche.

La voz de aquella mujer hizo acelerar el corazón del pelirojo, quien al verla vestida de una manera parecida a un mago del abismo se preguntó en su cabeza. "¿Qué tiene ella de especial que me hace sentir así? Por los siete, desde que la ví me pasa esto. ¿Qué demonios es esta sensación? ¿Piensa ir así de escotada? ¿Qué acabo de decir? Concéntrate, ya, pelear, entrenar, ser más fuerte, ella es una simple chica común sin nada que la haga resaltar del resto."

-Tus sueños dicen lo contrario -Resaltó su conciencia-

-¡Carajo!

Poco a poco, tartaglia demostraba que caía en los bellos encantos de Eros, su misteriosa manera de jugar con los lazos y la vida amorosa de las personas, pues aunque no lo admitiera, estaba perdiendo la cabeza por aquella compañera suya.

-Estas demasiado callado. ¿Te ocurre algo?

La mirada dorada de la mujer cayó como un balde de agua fría sobre su jefe, quien desde que salieron de su departamento se había mostrado reacio, nisiquiera le dirigía la palabra a menos que fuera para algunas elecciones de estrategia, y su pregunta no fue la excepción.

-¿Esta bien? Repasemos. Yo me infiltro en la habitación del señor Ragnvindr mientras tu lo distraes, necesito que tanto él como su socio, el señor Dainslef estén fuera del rango asegurado, si queremos los archivos del abismo, es mejor asegurarnos de no dejar huella en esto o involucraremos a los fatui en una guerra sin sentido.

Los pensamientos de tartaglia estaban hechos un lío y en toda la explicación no hizo más que analizar los ojos ámbar de la rubia y las pequeñas cicatrices alrededor de sus brazos, en ese momento, no dudó en matar a todo aquel que le hiciese daño nuevamente, no lo permitiría.

-Buena suerte. Childe.

Ella le regalo una breve sonrisa, se retiró en ese instante, con una leve risa, el heraldo se acopló a la pequeña fiesta que se celebraba en honor a las fiestas decembrinas, junto a la tematica de disfraces originales.

‐Ragnvindr, socio. ¿Qué tal el negocio del vino?

En el momento en el que el fatui se acercó a hablar, varios guarda espaldas a cargo del empresario de cabellos rojizos se reunieron tras de él, pero no eran tan importantes como la persona a su lado, hombre rubio de ojos azules, a simple vista podría pensarse que era un guardia más, sin embargo no era de esa forma.

-No podría estar mejor.

-Bienvenido tartaglia, has venido sin acompañante por lo que veo.

-Si, verán, las mujeres son complicadas.

-Culpa de tu mal gusto.-Bebió el rubio- Yo no eh sacado de mi mente a aquella hermosa mujer de ojos dorados, si no mal recuerdo, aquella vez que la ví era subordinada de tu organización.

Childe apretó ambas manos intentando no activar por arrebato su visión, pues sabía que si lo hacía y le daba una lección al rubio, la vida de lumine correría peligro.

-No recuerdo bien jeje, tendré que preguntar cuando regrese.

-Estaría encantado de conocer a aquella joven tan encantadora.

-Se ve más encantadora en mi cama.-pensó-

-No podría recordar con exactitud.

El joven esbozó una sonrisa de hipocresía hacia su rival.

-Hablando de conocer. Quisiera probar la nueva cosecha de este año, Diluc. -Explicó el rubio-

-Por supuesto. Siganme por favor.

El pelirojo llevó a ambos hacia su destino donde existían un sin fin de muestras para catadores expertos, lo que le importó un comino al fatui pues él solo esperaba la señal de la mujer para salir corriendo de ahí, ya vería como enfrentarse al hombre con cabellos rubios en otra ocasión, pues no estaba dispuesto a compartir lo que le estaba costando conseguir.

-1890, la cosecha de ese año...

El heraldo en todo momento fingía estar atento mientras en un rincón a lo lejos, se encontraba su acompañante, desde esa distancia sudo distinguir el sonido de una charola de plata caer al suelo por parte de uno de los meseros.

-Disculpen, miren la hora, debo regresar al banco antes de que el alcohol surta efecto, ya saben que soy de solo un poco.

Después de despedirse se dirigió al lugar acordado a las afueras de la fiesta en donde nadie pudiera ver ni escuchar nada.

-¿Lo tienes?

-Aquí esta - rápidamente le mostró un usb-

-Buen trabajo, largemonos de este lugar

Él tomo la mano de la chica y corriendo por la ciudad se dirigieron a la barda más cerca del lago, en donde se sentaron a respirar y recuperar aire, para luego, contemplar por un momento los fuegos artificiales, dejando un pequeño deja vu para el joven de ojos azules.

-Sin darnos cuenta dieron las doce, no se si planeabas esta fecha con alguien especial o si simplemente lo usas como desechable pero, quiero ser el primero en desearte una feliz navidad Lumine.

La pequeña sonrisa que le dedicó al fatui lo hizo más feliz de lo que pensaba, sinceramente podría agradecerle con ella y eso seria suficiente para él.

-Gracias, tu tambien ten una feliz navidad Childe.

Escondiendo al hijo del fatui // Chilumi // Adelay-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora