Jeon Jungkook el hedero al trono de Corea del Sur, conocido por su rebeldía y escándalos que ha dado a la familia real en los últimos años.
Choi Nahee una chica dulce, honesta y bondadosa, su vida no ha sido fácil. Pero ha logrado salir adelante g...
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Narra Jungkook
—¿Bueno?
—Majestad, el príncipe despertó, y está llorando por ustedes.
Me siento en la cama y miro cómo Hee sigue dormida. Miro la hora del celular viendo cómo en una hora debo estar en el parlamento.
—Ya voy para allá.
Cuelgo la llamada y dejo una nota en la cama para después salir y así ir hacia el palacio.
Al llegar algunos empleados me saludan y les respondo rápido para ir donde mi hijo.
—Appa, quiero appa...
—Su majestad— una de las chicas que nos ayuda con el se levanta haciendo una reverencia.
—El príncipe despertó llorando y solo pide por usted.
—Yo me encargo, gracias Cheon-sook.
—Permiso— hace una reverencia dejándonos solos.
—Appa...— estira sus brazos para que lo cargue.
—No llores hijo— apenas lo pongo en mi pecho su llanto cesa.
Cuando está tranquilo me siento en el sofá de su cuarto quitando sus lagrimas.
—Debo salir, pero te puedes quedar con omma o con Cheon-sook.
—¡No!
—Jisang, no puedo...
Se engancha de mi cuello con toda su fuerza vuelve a llorar haciéndome suspirar.
—Jisang, respira.
Lo alejo al ver que su respiración se agita. Le soplo un poco viendo cómo su respiración vuelve.
—Repira.
Lo hacemos juntos viendo cómo alza y baja sus brazos, cuando termina de pone sobre mi pecho abrazándome.
Suspiro y aún con el en mis brazos me levanto buscando algo de ropa, al tener todo salgo yendo al cuarto para poder ducharme.
Ingresamos a la ducha, y mojo su cabello para aplicarle shampoo, desde que era bebé le encanta que lo bañen, si es por el puede pasar horas en el agua.
—Cierra los ojitos— retiró el shampoo de su cabello viendo cómo se queda tranquilo.
—Quédate acá— lo dejo sentado en el pequeño muro de la ducha y termino de bañarme. Por lo general cuando se baña con algunos de nosotros uno está afuera para recibirlo y sécalo.
De vez en cuando lo miro asegurándome que no se esté moviendo, a pesar de ser alguien tranquilo es un niño que siempre le gusta estar mirando y jugando. Después de unos minutos salimos y comienzo a secarlo, aplico un poco de crema y después lo visto colocándole algo fresco.
