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Narra Jungkook

—Vas bien, pero debes hacer el movimiento más rápido.

—Bien— le respondo a Eun Woo. Seguimos con los movimientos, esta vez logro ser más rápido y lograr dar los golpes donde él me dice.  Hemos practicado semanas para poder lograr hacer esto. 

—Descansa— dice alejándose.

Me siento en el suelo para después tirarme en este, siento mi respiración agitada, mi pecho sube y bajada rápidamente.

—Eun Woo... o su alteza pensé que ya habían acabado— dice la señora Cha asiendo una reverencia.

—No se preocupe, señora Cha, ya acabamos.

Ella asiente y le da unas instrucciones a su nieto, este asiente mientras termina de recoger sus cosas. Nos despedimos y yo me quedo un poco más acá, aún no me cambiaría, pues quiero nadar un rato.

Salgo del gimnasio y voy a los baños para quitarme un poco el sudor, entro donde tememos la piscina y doy un clavado para comenzar a nadar. Doy cuatro vueltas a la piscina y cuando siento que no puedo más me quedo un rato recostado en la orilla.

Por los grandes ventanales pude ver a Yoon y su niñera, este cómo raro corre cómo un loco. En cambio, esta camina con tranquilidad detrás de él, ella  se para frente a la piscina y al verme evade mi mirada y  camina más rápido yendo detrás de mi hermano. 

Doy otras vueltas a la piscina para después poder salir de esta. Salgo y me seco un poco, me siento en unas de las sillas para esperar a secarme en su totalidad. Mientras espero veo un poco mis redes sociales, sonrió al ver algunos de los comentarios del último post que publique.

—Debería subir este— comentó viendo uno de los videos donde salgo  practicando boxeo.

Me dedico a subirlo y agregar una pequeña descripción que haga juego con la foto. Cuanto estuve completamente seco vuelvo a mi habitación, quiero darme una ducha y acostarme un rato antes de ir a cenar.

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Despierto y pasó las manos por mi cara, creo que apenas puse la cabeza en mi almohada, me quede dormido. Me siento y veo que ya es de noche, tomo mi celular para ver la hora y me sorprendo al ver que son las doce y media de la mañana. Dejo el celular a un lado y me pongo la camisa para salir por algo de comer.

A esta hora todos duermen, así que lo mejor que puedo hacer es un rame instantáneo. Caliento un poco de agua mientras busco el rame en un la despensa, tomo el que es picante y vuelvo hacia donde tengo el agua.

Comienzo a comer tranquilo, viendo cómo todo está en absoluto silencio, a veces me gustan estos espacios en donde no hay nadie corriendo ni hablando de un lado al otro.

Al terminar de comer boto el envase y lavó los palillos, tomo un Kimbap junto con una leche de banano y apagó las luces para poder salir de la cocina. Subo nuevamente y cuando estoy por los pasillos alguien se tropieza conmigo.

—¿Por qué eres tan torpe?

—Su alteza, no...

—Ya ya.. Se me sé ese cuento— digo fastidiado —que haces acá, saben que no pueden salir de sus habitaciones.

—El... príncipe está enfermo, he... estado cuidando de él

No espero más y la aparto para ingresar a la habitación de mi hermano. Veo a este acostado en su cama con un paño en su cabeza, solo tiene un pequeño short. Me siento a su lado y veo cómo aún tiene fiebre.

—¿Le diste medicina?

—Si su alteza, le di los que la reina me dejo.

Acaricio la cabeza de mi hermano, este medio abre sus ojitos y lo vuelve a cerrar. Le pido a ella que me dé otro paño, se lo cambio y lo pongo en su frente.

Royal Family Where stories live. Discover now