11. Cuando las luces se apagan...

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—¿Estamos listos para salir? —Preguntó Jane mirando el cielo soleado. Nuestros cuerpos brillaban y proseguimos a ponernos las capas.

—Solo atacaremos y volveremos... sera rapido. —Gruño Felix. —En mala hora nos vinieron a dañar el día de nuestro gran Marco.

Me reí disimuladamente y me senté al lado de Amelie.

—Como si te gustara salir a disfrutar con las personas.

—Prefiero saboreármelas.

—¡Basta! Amelie, entra. Nos iremos enseguida.

Amelie me abrazo con fuerza y su rostro reposo en mi pecho.

—Vuelve a mi.

—Por siempre. Eres mi todo.

Alzó el rostro y la bese cortamente. La abrazo mas fuerte y la dejé ir. Entró al castillo y lo ultimo que vi fue su rostro perderse por los pasillos.

—Ahora si... entre más rápido lleguemos allí mejor para nuestro humor.

—Definitivo... acabare con ellos.

—Correremos. —Indicó Demetri.

Comenzamos a correr durante todo el camino, hasta llegar a el mar que nos separaba. Allí nos metimos en el agua con lentitud esperando que nadie nos estuviese mirando.

Habrá pasado unas horas cuando volvimos a salir de el agua.

—Te ves nervioso, Alec. —Me acusó, Jane.

—Ríete que yo me reiré despu... —Me quede callado al ver la isla.

Habían cuerpos desmembrados por todas partes. El olor a muerto era detestable y la sangre, que era bastante agradable para nosotros se convirtió en un olor rancio.

—¿Como pudieron hacer algo así? Destruir un lugar completo y nadie fuera de nosotros darse cuenta.

—Son neófitos... ellos no piensan en nada más que en sangre.

—Caminemos... tenemos que darle a Aro una mejor perspectiva de la informa que podemos ver.

Seguimos a Demetri por toda la isla, realmente se veía desolada.

—Como tenga que seguirlos por diferentes países los matare sin compasión.

—Los mataremos de todas maneras.

Estábamos en la costa sur, nuestro siguiente paso sería verificar en los países limítrofes. El agua comenzó a sentirse furiosa y volteamos.

Allí comenzaron a salir muchas personas de todas partes y estábamos rodeados.

—¿Quienes son ustedes?

Jane lo miró con incredulidad y luego paso a cinismo.

Esto es lo qué pasa cuando se crean vampiros inconscientemente.

—¿Con que derechos nos diriges la palabra? —Jane lo confronto y los neófitos rieron.

—Discúlpenme mis reyes... pero este no es su castillo.

Jane se les rio en la cara y nos volteó a ver con furia.

—Para aquellos ignorantes, venimos de parte de los Volturi.

—Nadie sabe quiénes son ellos aquí.

—Son el aquelarre de vampiros más poderoso. Se podría decir que son de la realeza y nos han mandado a buscar la cabeza de cada uno de ustedes.

—No creo que podamos ayudarlos pero lo que si se es que mandaré su cabeza envuelta en un fino papel de regalo.

—La que no lo cree soy yo. —Jane contrataco. —Dolor...

El líder se quedó inmune, observándonos con victoria.

—Mátenlo... es un escudo. —Gruño Jane y Felix nos paso por un lado para agarrarlo. Todos los neófitos comenzaron a defenderse y comenze a dejar salir mi niebla.

Pronto a excepción de el líder, todos se quedaron sin sus sentidos y Félix logró matar a algunos antes de que el líder se diera cuenta de que podía proteger a los suyos con su escudo.

Inmediatamente nos vimos amarrados por unas cuerda que parecían que nos cortaría el pedazos y supe que serie mi fin.

La gran familia VulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora