3. La muerte y todos sus amigos. (Editado)

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(Castillo San Marcus)

—¿No eres un vampiro? Pudiste haberla escuchado mientras huía. Es increíble, incluso logro abrir las puertas. —Era definitivo, estaban furiosos, el secreto de los vampiros estaba suelto por una chica que había escapado. Para completar, nos cuenta de su huida horas después.

—Pensé que seguía allí.

—¿Que te hizo pensar que estaba allí? —Aro preguntó con una insinuación.

—¿Quieres decirme algo?

—Felix paso por allí, escucho gritos innecesarios. Cualquiera pensaría que la estabas matando.

—Es mi prometida, solo tuvimos un día bastante agitado y las cosas se salieron de control. No estoy acostumbrado a estar con humanos.

—Si ese era el problema nos hubiésemos quedado con la chica hasta el día de su ceremonia.

—Conocimos a la chica poco pero lo suficiente para
saber que no estaría contigo sin conocerte. No eres mas que un violador, que utiliza su fuerza para obligar a los humanos. —Gruñó Marcus.

—No esperaba eso de ti, Alec. —Exclamó Aro con sorpresa. —¿No recuerdas? Jane y tu fueron producto de una, sus vidas fueron miserables hasta que los salve. ¿Te acuerdas de cómo te salve de esas llamas? Lo único que hacías era gritar y sabias que sería tu muerte.

—Es notable que no lo recuerda, Aro. —Mencionó Caius.

—Ella estaba herida... no pensé que escapara tan débil como estaba.

—No hay nada mas que decir.

Salí de el salón y camine de vuelta a la habitación de Amelie sin decir nada. En medio de la cama había sangre, de echo había sangre en todas partes. La chica por poco se desangra. Realmente pensaba que tan débil como estaba no escaparía. Estaba arrepentido de todo, la sed de sangre lo hizo volverse loco y realmente se apenaba. Nesesitaba encontrarla urgentemente.

—Donde seas que estés, te encontraré Amelie. —Murmuró para el solo.

(FORKS)

—Dime todo lo que sabes —Me asalta Carlisle con palabras.

—Primero nesesito que me prometas que me protegerán. —Juro que casi me pongo a llorar cuando la inseguridad me atrapo.

—¿De quien o que?

—Los Vulturi. —Carlisle abrió su boca soprendido y no salió nada de allí. —Si no me prometen ayuda, yo no los ayudare a ustedes.

—Eres humana... ¿Que querrían los Vulturi contigo? Eres solo una humana.

—Hace dos semanas me secuestraron en Italia. Según entendí, secuestraron a muchas chicas para elegir a una para Alec.

—No me digas...

—Me escogieron a mi, entre tantas.

—¿Eres la mujer de Alec? —Mis ojos se cristalizaron.

—Ese imbecil me violo. Me trato como un animal de ganado, y luego me dejó allí, creyendo que curándome perdonaría todo. Me dejo en una cama, tirada pensando que cuando volviera me encontraría allí. —Carlisle agarro su cabeza y nego, sus manos temblaban.

—No podemos ayudarte... ¡Tienes que volver al castillo! Ellos vendrán aquí y nos matarán a todos.

—¡Por favor! No me abandone.

—No me entiendes, tengo una familia que proteger. —Mi pecho comenzó a comprimirse de desesperación.

—Si ustedes no me ayudan, estoy segura de que me aceptaran. Lo harán... en el momento que les diga que es cierto lo de niña inmortal.

La gran familia VulturiWhere stories live. Discover now