OO9.

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—Toma eso, idiota

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—Toma eso, idiota...

Luffy rió mientras despedazaba al chico que chillaba en sus malditos audífonos luego de decirle que su ex había gritado mucho en las noches.

Porque cada jugador había follado a su ex e incluso, algunos hasta la habían compartido.

Y en verdad no le importaba pese a que sabía que era ese tipo de chica, porque de todos modos, nada superaba su molestia de haber sido pateado de la casa de Nami como una pobre cosita inservible.

Y quizá no hubiese sido tan humillantemente malo, de no ser por el hecho de que había sido cambiado por el jodido Stelly idiota Sabo justo cuando estaba a punto de... ¿Qué hubiera pasado en verdad si no los hubiesen interrumpido? Luffy frunció el ceño, en verdad no lo sabía, pero odiaba que tampoco hubiese tenido oportunidad de averiguarlo.

El dolor del rechazo seguía quemándolo... Y su amado y pobre Luffy chiquito había tenido que conformarse con su mano, que pese a ser bastante experta, no era igual. Sin embargo, incluso aunque pudo liberar su energía acumulada cual Genkidama, las ganas de golpear a alguien, de preferencia al anciano rompe ship otp, seguían intactas.

— ¡Ah! PUTO SABO Y LA PUTA MADRE QUE TE PARIÓ... —gritó cual caballero.

— ¡Monkey D. Luffy! ¡Cuida tu jodida boca en mi casa!

— ¡Lo siento, abuelo! —respondió para que el demonio mayor, AKA su abuelo, no apareciera en su cuarto.

Maldijo y salió del juego; tampoco quería seguir allí, porque el sabor de la victoria no se sentía igual que siempre... Chasqueó su lengua, deslizando su mano por su cabello en un movimiento súper sexy, totalmente hot de mi parte, para despejar su mente.

Tal vez debería ir a estudiar y... Nah... Mejor dormir, eso suena bien.

Se echó en la cama de un salto y pateó las sábanas para hacer espacio. Un profundo suspiro escapó de sus lindos labios cuando sus ojos quedaron fijos en el techo.

—Encima vas y le sonríes después de mostrarme tu estúpida y linda sonrisa a mí... tonta.

~•~•~

Nami entró al salón luego del almuerzo y sus ojos barrieron el lugar inconscientemente; mordió su labio antes de tomar asiento y sus manos se empuñaron sobre su escritorio, nerviosa sin entender muy bien la razón.

— ¿Buscas a Luffy-kun? —Carrot sonrió, ladeando su cabecita peliblanca para tener una mejor visión de la cara angustiada de su mejor amiga.

Nami rodó sus ojos. —No... ¿Por qué haría algo así? Es estúpido.

—Lamento lo de Sabo, se preocupó cuando me vio llegar a casa y no tuve más opción que explicarle que la ventana de mi cuarto había quedado abierta y tuve que dejarte solo.

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