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♡︎ ﹔En una cita. Objetivo ── Canadá.
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7 años de relación junto con 2 años de casados y el canadiense no abandonaría la oportunidad para celebrarlo.
Su esposo latino llevaba tiempo que le decía que salieran juntos pero el contrario negaba solo por esperar este gran día, quería invitarlo a una cita.
Venezuela salió al centro comercial para comprar algunas cosas que necesitaba en la casa y el canadiense aprovechó escribir en una nota de papel el lugar y la hora en donde asistirían.
La emoción lo acompañaba, no paraba de ampliar su sonrisa a causa de los malditos nervios que deslizaban por toda su piel roja, le encantaba recordar esos años en los que se convirtieron los mejores desde que inició una relación con el menor.
Dejó la nota encima de la mesa, este abordaría a la habitación de los dos para alistarse con suma tranquilidad. Terminando de asearse, elegir el traje adecuado, acomodar su cabellera y bañarse de su perfume caro.
Sabía lo mucho que el venezolano admiraba respirar su colonia y claro que para este cauteloso día tenía que echárselo.
Imaginó que en unos minutos el menor llegaría a la residencia y lo que imaginó fue que al entrar vería la hoja blanca en la mesa con palabras escritas en ellas.
Soltó un último suspiro y agarró sus llaves para luego ir a buscar su camioneta, pero regresó rápido al recordar haber dejado su celular en el mesón.
Su gato estaba encima de la mesa y lo espantó para que fuera a otro lugar.
— ¿Qué te dije de estar encima de la mesa, Copito? —lo señaló, el gato se fue rápido al siguiente piso, pensó lo mucho que era atrevido aquel animal, y sin más se fue del lugar.
Por otro lado, el venezolano quería hacerle una pequeña sorpresa a su esposo cuando llegara a la casa, no le había dicho puesto que el amante al maple le comentó que tenía que ir al trabajo a buscar unos papeles que necesitaba, supuestamente.
Estaba muy indeciso si elegir una bebida alcohólica para llevar o solo envases de jugos, a veces le gustaba enseñarle cómo decoraba las cosas de manera básica y era también porque no le veía necesario hacer cosas tan llamativas para los demás.
En este caso lo dejaría pasar, buscó globos de corazones para meterla en la canasta, globos de números para colocar los años que cumplían de aniversario, también pétalos de rosas de color roja para decorar la cocina, entre otras cosas más.
Él no sabía hacer una torta a la perfección, así que dispuso en comprar un pastel cubierta de chocolate. Las velas y las copas estaban en la casa así que era innecesario comprar más.
No recuerda cuándo fue la última vez que le hizo este tipo de sorpresa (ni tan sorpresa) al canadiense, él se autodenominada como muy poco creativo para dichas cosas, aunque hacía lo posible para demostrar su cariño en materiales.
