#𝟶𝟸 • 𝑳𝒐𝒗𝒊𝒏𝒈 𝒀𝒐𝒖

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Hyukjae accedió a sus deseos, fue muy cuidadoso y lo hizo de forma suave, cariñosa y tierna. Se aseguró de que disfrutará de su sexualidad. Lo tomó de la mano y lo llevó a su habitación. Donghae no dejaba de pasar saliva una y otra vez, tratando de controlar su nerviosismo. Hyukjae cerro muy bien la puerta por detrás suyo, para evitar algún abrupto, pues él aún vivía con su madre.

Se miraron a los ojos, mientras permanecían frente a frente. La respiración de Hyuk comenzo a agitarse al igual que su corazón. Donghae lo miraba temeroso, como un pequeño niño, su expresión nerviosa le provocó ternura y acarició suavemente su mejilla.

—No tengas miedo, yo no te voy a hacer daño y voy a cuidarte mucho.

Hyukjae se despojo de su playera y Donghae se acercó a él, invadiendo su espacio personal. Sintió las manos de Donghae acariciar su pecho y bajar hasta su abdomen, estaban temblorosas. Hyukjae las tomó entre las suyas, intentando calmarlo, pero era imposible, él también temblaba.

Donghae también se quito la playera y dejó al descubierto su pálida y delicada piel, para Hyukjae ese era el cuerpo más hermoso que había visto en toda su vida. Le acarició de igual forma el pecho y acercó sus labios para besarle el cuello, después beso sus hombros. Sintió los dedos de Donghae hundiéndose en su espalda, pero no lo incómodo.

Donghae se dejaba llevar e inclinaba el torso hacia atrás, dejando que la boca de Hyukjae recorriera y explorará su cuerpo, besara su piel más al sur, mucho más al sur de su ser. Escuchaba el ritmo vertiginoso de su corazón, palpitaba tan violentamente como el suyo en esos momentos. Las manos inquietas de Hyukjae llegaron hasta su bragueta, la cual deslizó lentamente para después despojarlo de sus pantalones y sus zapatos.

Por último, le permitió apartar de él ese obstáculo que representaba su ropa interior, Hyukjae permanecía de rodillas ante él, mientras lo desnudaba. Sólo sentía sus dedos revólver su cabellera. Pido tener en frente de él su miembro viril, listo, excitado. Hyukjae se lo llevó a la boca, buscando se deleite, su goce. Donghae suspiraba y dejaba salir pequeños quejidos.

Después de unos momentos, Hyukjae lo recosto en la cama, en ningún momento dejó mirarlo con ternura. El precioso rostro de Donghae lo miraba asustado y nervioso, temeroso e indefenso. Lo recosto con el pecho apoyado sobre la cama y pudo deleitarse libremente con la belleza de su espalda, sus caderas y glúteos.

La boca curiosa de Hyukjae recorrió esa piel de punta a punta, centímetro a centímetro. Su cuerpo ya había reaccionado y su masculinidad despertó deseosa, hizo una pausa para liberarse de la prisión que representaba su ropa hasta quedar completamente al desnudo, al igual que su hermosa pareja.

Entonces, de nueva cuenta, giro el cuerpo de Donghae tomándolo por las caderas, para que pudieran mirar sus rostros. Hyukjae le permitió tocarlo, acariciarlo y observar su desnudez. Sofocado, abrió un poco la boca y sus mejillas se encendieron. A Hyukjae le pareció sumamente erótico verlo excitado de esa forma, dejó caer lentamente su cuerpo sobre el suyo.

Tomó sus piernas y las colocó a ambos costados, y acomodo su hombría en su pulcra y virginal entrada a su gloria. Continuaban mirándose a los ojos, le robo demasiados besos en los labios, en sus ardientes labios y sintió nuevamente sus dientes morder los suyos, de nuevo lo había confundido con una manzana, pero no le importó, sonrió complacido.

—Estoy listo, Hyukjae, tomame... Soy para ti, a-ahora mismo...

Hizo lo que él le pidió y lentamente fue entrando en aquel húmedo lugar, mientras él se quejaba suavemente y de nueva cuenta, encajaba los dedos en su espalda.

—¿Te duele? —Pregunto algo preocupado.

—No... No pares, es agradable y me gusta...

A lentitud, logro entrar completamente en él, tomando para él su virginidad, ahora Hyukjae era el dueño de esa primera vez. El corazón le dio medio vuelco de felicidad y continuó haciéndole el amor a un ritmo lento pero continuo, le llenaba los oídos con sus placenteros sonidos y escuchaba su propio nombre entre esos sonidos.

Hyukjae casi conseguía su clímax, pero no quería terminar sin que antes él alcanzará el suyo. Así que mientras lo poseía, acariciaba con una de sus manos su miembro y con la otra, seguía apoyándose en el colchón manteniendo el equilibrio. Se brindaron besos mientras se entregaban, su labor tuvo buen resultado cuando sintió entre sus dedos el estallido de su virilidad, alcanzando su anhelado orgasmo.

Miro como cerraba sus ojos y los apretaba, mientras gemia y lo abrazaba fuertemente, escondiendo el rostro en su cuello. Esa forma suya de apasionarse, provocó que Hyukjae también estallara dentro suyo, sintiendo un gigantesco éxtasis, como nunca antes lo había sentido. Buscó su rostro y siguieron gimiendo y dejando salir quejidos, de labio a labio, respirando sus agitados alientos, compartiendo respiraciones.

Pero hubo algo que cautivo a Hyukjae por completo. Lo vio llorar, vio sus lágrimas resbalar por sus mejillas y mojando su almohada, sus ojos permanecían cerrados y su pequeña boca permanecía abierta, y dejaba salir sollozos. Se preocupó un poco y le habló en forma tierna para consolarlo, sintió como sus muslos apretaban fuertemente a su cadera.

—¿Que pasa, cariño? ¿Te hice daño? ¿Te lastime? Dímelo.

Donghae soltó un suspiro y lentamente abrió los ojos.

—No... Para nada... Al contrario... —Le costaba un poco de esfuerzo hablar, pues continuaba agitado y sollozante al mismo tiempo. —Es lo más hermoso que he sentido... No sé cómo explicartelo... Lo disfrute tanto. Gracias, Hyukjae... Fue como siempre lo soñe... Creo que, más pronto de lo que yo pensé, voy a llegar a amarte...

Hyukjae se sintió conmovido y le lleno el rostro de besos, mientras saboreaba lo salado de sus hermosas lágrimas.

—Y yo también creo que voy a amarte.

Permanecieron recostados el resto de la tarde. Donghae dormía plácidamente, con su cabeza recostada en el pecho de Hyukjae, su cabellera irradiaba un delicioso aroma a menta fresca. Hyukjae beso su cresta en repetidas ocasiones. Cuando descanso lo suficiente, despertó y lo miro de forma dulce y le regalo una coqueta sonrisa.

—Buenos días, dormilón. Más bien, buenas noches.

—Dormí como un lirón, disculpame.

—No te preocupes, fue placentero verte dormir, parecías un angelito.

Donghae volvió a besarlo y Hyukjae le acarició el rostro.

—Quisiera quedarme toda la noche.

—¿Y por qué no lo haces? Por mí estaría perfecto.

—Por mi abuela, no podría dejarla sola, no mientras mi abuelo esta de viaje. No se sabe cuidar sola, necesita mucho de mí.

—Entonces te llevaré a casa, cariño.

Desde ese día, pudo darse cuenta de muchas cosas en su vida. Jamás se había entregado tan rápido y nunca se le había declarado a nadie en un par de horas, pero ese chico irradiaba vibras hermosas y atrayentes, tenía estrella, había nacido con ella. Tenía esa capacidad o don de ganarse rápido a la gente.

También pudo ver la dedicación con la que cuidaba de su abuela, como si fuera su propia madre y la forma dulce en la que ella lo miraba, aunque a veces llegó a notar que lo miraba con cierta tristeza en los ojos y no entendía el porque.

A partir de ese momento, se volvieron inseparables y confidentes. Juntos, terminaron la escuela de repostería, Donghae lo apoyo siempre en todas sus competencias de repostería. Las cuales de no haber sido por su apoyo, no habría obtenido esos reconocimientos y sobretodo, gracias al delicioso pastel de fresas que lo esperaba después de cada triunfo al regresar a casa.

Disfrutaron de su sexo de forma desmedida, nadie había hecho a Hyukjae sentir tan pleno en el sexo como él. Se entregaba por completo y Donghae a él, Hyukjae lo tomaba entre sus brazos y lo levantaba con facilidad, reían y se miraban a los ojos siempre que hacían él amor.


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En los próximos 2-3 capítulos ya se viene todo lo triste del fic, ¡ahora si! 😈

❛ 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐰𝐛𝐞𝐫𝐫𝐲 𝐂𝐚𝐤𝐞 ❜ | 𝑬𝒖𝒏𝑯𝒂𝒆Where stories live. Discover now