Capítulo 25: Acorralados

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El interior del vehículo se convirtió en un torbellino de emociones intensas, mientras el golpeteo continuaba en el techo. Amber lucho contra su propio miedo para seguir buscando las llaves, pero el sonido amenazante hacía que sus pensamientos y acciones no fueran lo suficientemente inteligentes.

La criatura siguió su asalto al vehículo y la chapa se doblaba bajo su fuerza sobrenatural. La sensación de estar atrapados, con el metal retorcido sobre ellos y la amenaza inminente encima, era abrumadora, los latidos de sus corazones llenaban el aire, el miedo se convirtió en un enemigo tangible.

La desesperación inundaba el interior del vehículo mientras el monstruo golpeaba implacablemente el techo. Cada golpe retumbaba como un eco de su propia lucha interna por sobrevivir. La criatura se mostró incansable en su intento de romper la protección que les brindaba el automóvil.

Los dedos de Amber se volvieron frenéticos en su búsqueda, tocando cada superficie con la esperanza de que las llaves aparecieran de manera milagrosa. Pero la realidad era cruel y las llaves no se materializaban. 

La bestia golpeaba con mayor fuerza, su determinación amenazaba con hacer ceder el techo. El tiempo parecía acelerarse mientras Jack y Amber enfrentaban el abismo de la derrota inminente. La tensión era palpable, la sensación de que estaban atrapados aumentaba con cada segundo.

La resignación parecía posarse en el aire cuando Amber dejo de buscar, su voz estaba cargada de pesimismo. Pero Jack no estaba dispuesto a rendirse, su mente trabajaba a toda velocidad, buscando una salida en medio del caos. Se dio cuenta de que no había forma de encontrar las llaves a tiempo, así que cambio de táctica.

—Escucha, cuando entre, estaré listo para distraerlo —dijo, con su voz determinada pero con un dejo de tristeza—. En ese momento, sal corriendo. No te detengas.

La rubia negó con la cabeza, sus ojos reflejaban una mezcla de emociones que van desde el miedo hasta la determinación. No estaba dispuesta a abandonar a su compañero en medio de esta pesadilla.

—No te dejaré —respondió resignada, su voz era firme a pesar de todo.

El monstruo golpeaba una vez más, pero esta vez, el techo comenzaba a ceder y mostrar sus primeras aberturas. Un crujido metálico lleno el aire, y ambos sintieron cómo la criatura se abría paso hacia el interior del vehículo. La lucha por la supervivencia llego a un punto crítico mientras enfrentaban lo desconocido, sin saber si sus acciones les llevaría a la victoria o al abismo del cual no hay retorno.

La bestia finalmente logro abrir un pequeño agujero en el techo del automóvil, como una ominosa entrada hacia la muerte inminente. El tiempo se sintió suspendido, como si todo el universo hubiera convergido en ese punto crucial. El corazón de Amber latía en su pecho como un tambor enloquecido y Jack empezaba a sentir el sudor recorrer su frente mientras el comehumanos metía de manera forzada su filosa mano por el pequeño agujero.

En esos segundos que parecían eternos, los ojos de Amber capturaron cada detalle de la criatura que ahora amenazaba con entrar. La piel escamosa, las garras afiladas, la mandíbula que se abría y se cerraba con una anticipación casi dolorosa. El miedo se apoderó de ella, un miedo que le heló los huesos, que la paralizo. Su mente corrió a toda velocidad, buscando una salida, una forma de sobrevivir, pero parecía que el destino había decidido sellar su destino.

En un acto final, cuando la bestia dedujo que necesitaba abrir más el agujero para dar con sus agresores, Jack y Amber se trasladaron a los asientos traseros. Y en un acto inconsciente, un abrazo de despedida nació, un abrazo que buscaba ofrecer consuelo y protección en medio de la desesperación.

La rubia sintió el calor de su cuerpo, la firmeza de sus brazos, y por un momento pareció que el tiempo se detuvo. No había escapatoria, la realidad cruda y brutal se cernía sobre ellos como un final más que digno.

Los pensamientos en la mente de Amber eran un torbellino de remordimientos y deseos incumplidos. Las ilusiones juveniles de una vida plena, de amor y felicidad, se desvanecieron en un instante. En su lugar, se enfrentaba a la crudeza del mundo en el que se encontraba, donde las prioridades habían cambiado drásticamente, y sin pensarlo, las lágrimas amenazaron con caer.

Por su parte, Jack sintió la impotencia como un nudo en su garganta. El peso de su fracaso y la incapacidad de proteger a quienes amaba otra vez cayó como una losa sobre sus hombros. Aunque su abrazo a la rubia fue un gesto de consuelo, también era una forma de lidiar con sus propias emociones, mientras su mente recorría los recuerdos, las imágenes de su hermano y las personas que perdió, y la ironía de la repetición lo asaltaba con fuerza.

El rugido de la bestia fue el último sonido que escucharon, llenando el aire con un presagio de su fin inminente. La oscuridad los envolvió mientras el mundo exterior se desvaneció en un par de segundos. En ese último instante, Jack y Amber estaban unidos en su lucha, en su miedo, en su determinación de enfrentar lo desconocido juntos, incluso si eso significaba enfrentar su destino final.

La atmósfera dentro del automóvil se volvió aún más opresiva cuando el agujero en el techo se ensanchó lo suficiente para que la criatura asomara su cabeza y sus ojos se encontrarán con los de Amber y Jack. En ese instante, el terror tomo una forma tangible.

Los ojos de la bestia parecían destilar maldad pura, una sed insaciable de violencia y carne. La imagen se quemó en la mente de los jóvenes, dejando una impresión que nunca olvidarían.

El rugido grotesco de la criatura hizo que las entrañas de Amber se retorcieran en una mezcla de asco y pavor. Cada pelo de su cuerpo se erizó, y su corazón latió con una intensidad que amenazo con romper su pecho.

Jack, por su parte, sintió una oleada de adrenalina recorriendo su sistema, pero también una profunda sensación de impotencia. Sus músculos estaban tensos, con sus manos apretadas en forma de puños, pero sabía que su lucha contra esta criatura era casi inexistente.

La certeza de que este podría ser su final era abrumador, y aunque quería proteger a Amber, se sentía como si estuviera atado por cadenas invisibles.

El gruñido de la bestia lleno el aire con una vibración aterradora. Cada segundo era una eternidad. Pero entonces, la tensión alcanzo su punto máximo cuando un estruendo resonó en el aire. Un disparo. 

Sentido MortalOnde histórias criam vida. Descubra agora