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Lunes, 30 de Septiembre del 2006;
9:00 am.

Maisie Lee

En fin.

Días hermosos.

Sentada en las muchas sillas del salón de espera, me mordía la parte interna de una de mis mejillas, pensativa buscaba que más podía agregar al pedazo de papel.

—¿Qué dibujas?— levante la mirada encontrándome con un pequeño.

—Charlie— sorprendida, le regale una sonrisa.

El niño dio una ojeada a mi libro. —¿Ese es tu novio?

Avergonzada, cambie de página con rapidez. —N-No, es solo un amigo— lo intenté persuadir, pero esa acción solo hizo que el niño sonriera malévolamente, lo más seguro era que no me creyera, pero cuando me fijé más en su rostro, tome en cuenta cierto aparato pasando por sus fosas nasales. —¿Veo que ya te dieron una cánula?

—Sip, ahora tengo el aparato que hace cosquillas.— sonrió.

—¿Te da muchas cosquillas?

El infante asintió. —Escuché que tengo neumonía, es algo de los pulmones— dijo con alto orgullo.

Desconcertada y pasmada opté por indagar.

—¿No te duele?

—No. Estoy bien— sin quitar su entusiasmo en las palabras, mantenía esa grande sonrisa. —Estar enfermo es lo mejor.

Pensé en que escuché mal, ¿podría ser? esta era la primera vez que alguien me decía que era increíble estar enfermo, la neumonía era algo grave y horrible, sin embargo, para el pequeño Charlie era como haber encontrado el mejor de los tesoros.

—¿Por que?

—No sabes cuantos peluches y globos tenía en mi habitación, eran tantos que casi llegan al techo.— Alzó sus manitas hacia arriba. —Pero solo me quede con uno de cada uno, los demás los regale a los demás niños que están en este hospital. —era algo inevitable sonreír ante tan generoso y tierno acto. —¡Ah! ¡Te cuento algo genial!, antes mi papá no tenía tiempo para mi, decía que tenía mucho trabajo, ¡pero ahora dice que tiene mucho tiempo libre! jugamos a los superhéroes como siempre lo soñé, muchos familiares vienen a visitarme ¡nunca he tenido tanta atención en mi vida! ¡me sentí como una súper estrella!.
También, mi mamá y mi papá duermen en un cuarto cerca del mío y ya no pelean, siempre los sorprendo dándose un beso...— diciendo esas últimas palabras hizo una mueca de desagrado a lo que respondí con una risa corta con un poco de melancolía. —...pero es lindo ver que se quieren, hacemos muchas cosas lo tres por estos días, apenas pude encontrar un tiempo vacío para buscarte ¡Y lo conseguí!— no existía ninguna parte de lo que decía que no fuera con felicidad.

Ya para este punto tenía un nudo fuerte, sujetado a mi garganta. —¿Y la capa que llevas puesta?— hablé apenas, pues pude notar que tenía una tela azul larga sobre su espalda, le llegaba a las rodillas y claro, lo sujetaba un nudo que tenía en el cuello.

—Me lo dieron los doctores por mi acto bueno y noble. Me llaman súper Charlie— hizo una pose de superhéroe a lo que di unas pequeñas risas. —Mi mamá me compró un pastel para festejar y una máscara del mismo color que mi capa, para completar mi traje. Por desgracia lo deje en mi habitación, pero te prometo enseñártelo pronto.

—Muy bien, estoy entusiasmada por ver a súper Charlie con su traje completo.

—Y así será, buena ciudadana.

Buscaba otro tema de conversación, algo que tragara mi nudo en la garganta y que disolviera mis lágrimas a puntos de salir. Pero un grito diciendo "¡SI!" hizo que viéramos los dos donde provenía.

My SunflowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora