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Martes 27 de Agosto del 2006;
6:30 am

Cris Anderson

Cada mañana tienes dos opciones: seguir quejándote de la vida o hacer algo para cambiarla.

Sabía que el día no empezaría con un buen clima por el color gris oscuro que pude notar en las nubes, me puse un suéter negro y agarré mi mochila. —¡Ya me voy!— grité a punto de salir de mi casa.

—¡Camina con cuidado cielo! ¡Te amo!— gritó mi mamá desde la cocina, mi padre se va al trabajo temprano así que no estaba en casa.

—¡Yo igual, adiós!— lo dije cerrando la puerta.

Ya en la calle, me coloque mis audífonos, subí todo el volumen que pude y puse de fondo Where's My Love, me gusta combinar la música de acuerdo al ambiente en el que estoy o también depende de cómo me sienta en ese preciso momento, me ayuda a escapar de mi asquerosa realidad.

De repente sentí como pequeñas gotas de lluvia acariciaron mi rostro, así que me cubrí con la capucha toda mi cabeza, y seguí mi camino hacia mi universidad, en la cual no estaba muy emocionado de asistir que digamos, ya que no estaba estudiando algo que me gusta.

¿Les ha pasado que quieres mucho a tus padres al punto de que no quieres decepcionarlos?

Pues ese es mi maldito caso, estoy estudiando medicina y debo decir ¡vaya mierda de carrera!, casi ni tengo vacaciones ni tiempo libre, duermo y como poco, se me aumentó el estrés un 95%, hay lecciones y deberes a montón, y siento que me dará un calambre cerebral en cualquier momento.
No sé cómo algunos pueden amar esto.

Lo que más me apasiona es todo lo contrario a eso, ya que es la música, aunque sé que mis padres esperan grandes cosas de mí, así que no puede ser una opción.

Me faltaban dos cuadras para llegar,  y mientras caminaba observe a muchas personas con cara de fastidio y quejándose, seguramente por la lluvia repentina. Hay un dicho:

No se espera a que pase la lluvia, aprendes a bailar bajo ella.

Y se veía que ellos no entendían eso.
Sé que soy casi mayor de edad, o sea ¡20 años! ¡Yeiii!, pero no quiero una vida como el de ellos, una vida pesada y amargada, una en la que me sienta atrapado y pretendiendo todos los días que es "perfecto", en donde deba ponerme una bata y sentarme en un escritorio durante 12 horas al día atendiendo a muchos pacientes.

No quiero eso, solo quiero disfrutar la vida.
Y no me refiero a ir a fiestas, beber y ser un completo imbécil, sino en vivirla creando mis propias canciones y que el mundo las escuche, algo que no voy a poder hacer.

En la vida hay que vivir las realidades y no llenarnos de falsas ilusiones.

¿Y si a nadie les gustaba mis canciones? ¿Y si no era lo suficientemente bueno componiéndolas? ¿Fracasaría? Son inseguridades en las que no pienso arriesgarme y perderlo todo.

Llegué y pude ver a mi mejor amigo esperándome en la entrada de la universidad, me quite los audífonos y me acerque a él.

Mike Williams, un chico pelinegro, ojos azulados oscuros y alto, es de origen latino por nacer en México, su madre proviene de ahí, mientras que su padre es de California. Se mudaron a Portland cuando Mike cumplió 8 años.

Lo conozco desde la primaria, cuando un día estaba jugando en el recreo con una pelota y por accidente le di un pelotazo a Mike en la cara, que con la fuerza que tenía este, hizo que cayera al suelo, obviamente fui a ayudarlo, pero cuando llegue él ya se había parado como si nada y extendió su brazo.

—Hola, me llamo Mike Williams ¿como te llamas?— yo solo lo veía con una cara de asustado por la peculiar forma en la que fue su reacción.

Es muy fiestero, divertido, arriesgado, comprensible y sobre todo fiel. Prácticamente nos tratamos como hermanos.

—¡Al fin! Pensé que no llegarías y te excusarías otra vez de que tu pez dorado "Hamilton" falleció y tuviste que hacerle un funeral— bufó divertido Mike.

Yo solo reí ante su comentario.

Lo admito he faltado alguna que otra clase para despejarme de la presión, y para el siguiente día siempre decía que mi pez dorado Hamilton había muerto y tuve que hacerle un "funeral digno" como excusa a casi todos mis profesores, que por si, ese pez tenía más vidas que un gato, ya que he utilizado esa excusa cientos de veces cambiando la causa de muerte de mi pez, que hasta creo que piensan que ese pez es el mismísimo Dios que se muere y revive cada vez que falto a clases.

Eso no quiere decir que sea un vago, al contrario, soy el mejor de la clase, por eso dejan pasar mi excusa del pez, no crean que los profesores son unos completos idiotas.

—Pues pensé que ya era hora de dejarlo ir a un lugar mejor— conteste y seguido de eso los dos nos soltamos a reír. —Oye ¿y Allison?— pregunté extrañado después de parar de reír.

Es raro la ocasión en que estos tórtolos no están juntos, aunque le he visto algo distante a Allison estos días.

—Tal vez está con sus amigas— replicó tranquilo mi amigo.—¿Entramos?— preguntó

—Si claro— acepte.

En mi opinión nunca me a agradado Allison  Cooper, es una chica muy tóxica,celosa y problemática. Una vez cuando Mike se ofreció a ayudar a Katherine Johnson con algo que no entendía de embriología por llegar un poco tarde, al entrar al salón Allison se puso como loca, gritando por toda la clase cosas como: "Me estás engañando" "Eres un maldito infiel" "Sabía que nunca me amabas" y cosas así. Estuvo por lo menos un mes enojada por una idiotes.

Le dije a Mike miles de veces que esa relación no era para nada sana y que le terminara. Pero simplemente el pobre esta cegado por esa zorra.

Si así son la relaciones en donde la chica tiene como hipnotizado al chico, no gracias, estoy bien con mi soltería. Nunca he tenido pareja y no pienso hacerlo por ahora, teniendo a estos dos como ejemplo.

Justo ahora teníamos tres horas anatomía, una materia que no es una de mis favoritas que digamos, ya que no me agrada tanto el profesor Higgins, sólo esperaba sobrevivir a su clase, luego tenía dos horas de clase junto con un examen de microbiología con la profesora Smith y por último dos horas de histología con el profesor Thompson.
Va a ser un día largo y cansado sin duda.

My SunflowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora