Eleanor, cántame una canción [The Extras #1]

11. Confrontación.

Estaba siendo una de las cenas más silenciosas que había tenido en la vida. Lo único que se escuchaba era el sonido de los cubiertos contras los platos ligeramente y el sonido de los autos pasar frente a la ventana. Eleanor miraba su plato fijamente, no quería siquiera levantar la vista sabiendo que iba a ver su reflejo punk frente a ella, con una tonta sonrisita como si con eso pudiese arreglar todo lo que había hecho. Ella no era del tipo rencoroso, nunca lo había sido, pero su disgusto hacia Annabel era involuntario, deseaba no sentirlo, a pesar de todo era su hermana y sentirse de esa manera con ella la hacía parecer tan cruel como Annabel había sido, pero no podía evitarlo, ya se habían cansado de intentar evitarlo.

―Milo estará de vuelta en unas semanas ―informó su madre aclarándose la garganta―. Está pasando tiempo con Adrian y su familia y los demás chicos, pero volverá pronto.

―Oh, ¿de verdad? ―Annabel habló, Eleanor no levantó la cabeza―. Lo extraño mucho, espero que sea muy pronto, no lo he visto en mucho tiempo. ―Eleanor suspiró, no sabía por qué oírla hablar le daban ganas de golpearla.

―Sí, eso es bueno... ―comentó Bubba por lo bajo―. ¿A que no adivinas que pasó hoy, Vivian? ―Él se dirigió a su hija a través de la mesa, Eleanor levantó inmediatamente la mirada hacia él y entrecerró los ojos, pero él no la miró, él miraba fijamente a su mano con las manos juntas sobre la mesa y el plato vacío de espagueti―. Eleanor tuvo una cita. ―Levantó ambas cejas y sonrió.

Eleanor rodó los ojos y dejó que su espalda tocara pesadamente el respaldo de la silla.

―Una cita, vaya, Ele... ¡Qué bien! ―exclamó su madre, con su mano le sacudió el brazo levemente―. ¿Cómo se llama el chico?

―No fue una cita de verdad, él... ―trató de defenderse ella.

―Lennox Kendrick, interesante muchacho ―ofreció Bubba en un tono suspicaz―. Y no parece un hippie gordo con voz de hombre de las montañas.

―¿Qué edad tiene? ¿De dónde lo conoces? ―preguntó Vivian hacia Eleanor.

Ella levantó las cejas y se cruzó de brazos resoplando, no quería compartir información con nadie, pero los conocía, si no les decía y volvían a ver a Lennox en alguna ocasión ellos lo llenarían de preguntas incómodas y Eleanor no quería tener que asumir la culpa por tan vergonzoso acto de su indiscreta familia.

―Veinticuatro, lo conozco de un grupo de amigos, él... es solo un amigo ―trató de defenderse de nuevo.

―Un amigo que te invitó a salir ―respondió su madre alzando las cejas justo como Eleanor lo hacía―. Vaya buen amigo, ¿eh? ―Le guiñó un ojo de repente y Eleanor no pudo evitar echarse a reír.

―Esperen, no entiendo ¿No salías con Ernest, Ele? ―interrogó Annabel curiosamente.

Eleanor evitó el contacto visual con la copa de vino que levantó. Ella no iba a aclarar su duda y solo esperaba que nadie más lo hiciera. No tenía ganas de ver esa cara de pena y esos gestos de "lo siento mucho", como si Ernest hubiese muerto. Como si ella hubiese muerto. Menos quería de eso de alguien como Annabel, que te veía sufrir y por dentro celebraba porque no eras más feliz que ella.

―Bueno, Anna, es que de hecho tu hermana y Ernest terminaron hace unos tres meses ―le contó su madre con cierto dejo de despreocupación―. Pero es bueno ver que te recuperas de eso, Ele.

―No me recupero ―respondió secamente―. Ese chico me tendió una trampa para salir con él, es todo, yo no tenía intención de salir con él. ―Se encogió de hombros con simpleza, su madre rio junto a Bubba.

―Bueno, Ele, yo pienso que es genial que pruebes nuevas cosas, si te soy sincera jamás me agradó Ernest para ti ―soltó su hermana libremente con una pequeña sonrisa, las risas cesaron y Eleanor la miró a través de la mesa venenosamente, ella había opinado sobre Ernest cuando no tenía ningún derecho a opinar sobre Ernest aunque él fuese una mala persona, ella no tenía moral para juzgarlo.