Eleanor, cántame una canción [The Extras #1]

10. Reencuentros a distancia.

―¡Ahí estás! ―escuchó a su abuelo decir cuando al fin cruzó la puerta de la tienda de música, estaba sentado detrás del mostrador leyendo una revista mientras Mich atendía a un par de clientes, Eleanor puso los ojos en blanco cuando él pasó sus ojos directamente hacia Lennox que la seguía hasta el mostrador, bajando la revista y mirando con atención―. Michelle me dijo que estabas en una cita y desde luego que no le creí, pero ahora renuevo mi confianza en ti, tía. ―Le golpeó el hombro levemente a Mich al pasar por su lado para salir de detrás del mostrador dejando la revista sobre este, Mich negó con la cabeza mientras se echaba a reír.

Bubba se paró frente a ella mientras se ajustaba las gafas, extendió una mano frente a Lennox.

―William Piper, para los amigos, Bubba. ―Con una gran sonrisa, Lennox le estrechó la mano―. También soy el abuelo de Eleanor y el padre del idiota dueño de la tienda, aunque él no se lo diga a nadie ¿Debo suponer que eres la cita de Eleanor? ―Él lo escaneó rápidamente de arriba abajo haciendo una mueca de conformidad―. Hasta ahora parece bastante decente, al menos no parece un hippie gordo ―enfocó a Eleanor y luego hizo un

―¡Abuelo! ―reclamó Eleanor, apretando los dientes, tratando de que Bubba captara las señas que trataba de hacer no tan obvias mientras Lennox reía―. ¿Quieres calmarte?

―Demonios, Eleanor, déjame sentirme feliz por ti. ―Bubba rodó los ojos―. ¿Cuál es tu nombre, hijo? ―preguntó hacia Lennox, metiendo sus manos en sus bolsillos.

―Lennox Kendrick, para servirle ―contestó Lennox tratando de recuperarse de su ataque de risa―. No creo que Eleanor me considere su cita, pero yo sí la considero la mía. Digamos que la engañé para llevarla a salir.

―Todos lo hemos hecho ―bufó Bubba con una mueca como si no pasara nada, Eleanor rodó los ojos de nuevo―. Sigue intentando, tal vez logres sacarla de su pozo de miseria.

―A eso me he ofrecido. ―Lennox asintió esbozando una tierna sonrisa hacia ella.

El pellizco habitual desde que lo había descubierto en su auto se alojó de nuevo en su vientre. Eleanor tenía la teoría de que si sonriese todo el tiempo, tal vez podría convertirse en otra cosa, algo como lo que le causaba mirar a Ernest ―si aún lo viese, estaba convencida de que sentiría lo mismo―. A lo mejor no era una pregunta acerca de la cantidad, tal vez era acerca del tiempo... o la rapidez, sumada a la cantidad y el tiempo. Cualquiera que fuese el caso, lo descubriría en algún momento, solo no estaba segura de si realmente quería hacerlo.

―Disculpen, estoy parada justo aquí ―intervino Eleanor levantando la mano, poniéndola entre ellos para hacerse notar.

―Siéntate, querida, debes estar cansada. ―Bubba señaló la silla que había abandonado detrás de ella pasando de su comentario con total naturalidad, luego volvió a mirar a Lennox―. ¿Te he visto en alguna parte?, siento que lo he hecho ―susurró acercándose con los ojos entrecerrados, Lennox se encogió de hombros.

―A lo mejor. ―Movió la cabeza hacia un lado y suspiró mirando la hora en su reloj―. Tengo que irme, Eleanor Rigby, quedé con mi hermana para ir a buscarla a casa de su amiga, soy el chofer de la familia. ―Se encogió de hombros y dio un paso hasta ella, colocó su mano en levemente en su cintura y le dio un beso suave sobre la mejilla antes de separarse y guiñarle un ojo mientras caminaba con total seguridad y confianza hacia la salida―. Nos vemos ―dijo y sacó sus llaves de su pantalón y le dio vuelta, levantó esa misma mano para saludar a Bubba―. ¡Gusto en conocerlo, señor Piper! ―exclamó antes de salir de la tienda.

―Adiós ―susurró ella tan confundida por ese pellizco más fuerte, no sabía si era incomodidad o gusto. Tal vez solo incomodidad gustosa.

―¡Igualmente, nos vemos, bienvenido a la familia! ―exclamó de vuelta Bubba, sacándole una risa a Lennox aun fuera del lugar, Eleanor se golpeó la frente con la revista que Bubba había dejado sobre el mostrador, Mich la miraba con una mano debajo de la barbilla, sosteniéndose los labios para no reírse.