Eleanor, cántame una canción [The Extras #1]

7. No poder querer.

No se iba.

Eleanor se había encargado de tratar de ignorarlo olímpicamente cuando había sacado el tema sobre cantar para él. Se encerró en la parte de atrás y trató de encontrar algo que hacer, pero pronto fue interrumpida por Mich, avisándole que necesitaba ayuda con los clientes y cuando salió, Lennox seguía ahí, en la parte del fondo, revisando los discos del último álbum de The Plumbers. Eleanor negó con la cabeza y se acercó de brazos cruzados hacia Lennox cuando terminó de atender a las dos chicas que buscaban algunas cuerdas de guitarra. Lo miró completo de nuevo por un minuto, tenía un buen perfil, se parecía a Wyatt en algunos aspectos, pero no llevaba el cabello tan bien peinado como él.

―Ya tu amigo se fue ¿Puedes irte también? ―le preguntó, insistente, Lennox se tomó su tiempo para dar la vuelta y sonreír ampliamente mostrando unos increíblemente derechos dientes.

―Es que quería pedirte un favor. ―Caminó hacia ella lentamente, todos sus movimientos parecían ser calculados y eso los hacía ver lentos, como si estuviera asechando y con sus manos juntas, él se veía como un manipulador―. Yo... pensé en lo que me dijiste, sobre no poder cantar sola y quiero enseñarte algo, mañana, desde las diez de la mañana hasta las once y media.

―No me digas. ―Eleanor bufó y pasó de él, acomodando los discos que había desordenado―. ¿Y en dónde... tu casa, tu cama? ―Ella habló como si él fuera un idiota, Lennox rio―. No gracias, no estoy interesada en lo más mínimo en darte un concierto pre-sexo.

―A pesar de que es bastante decepcionante... no es a lo que me refería ―contestó con ese dejo de suficiencia y cinismo que hace rato la tenía cansada, ella lo miró alzando una ceja, entonces él continuó―: no vas a cantar... a menos que quieras y no tendremos nada parecido al sexo, porque estaremos en una escuela primaria.

―¿Qué?

―Ten. ―Repentinamente, estiró su mano y tomó la de Eleanor, con la palma hacia arriba para poner en ella una nota adhesiva amarilla―. Es la dirección, si quieres ve y te enseñaré algo genial, solo considéralo... basado en mis investigaciones acerca de ti, creo que te gustará. ―Él le guiñó un ojo antes de retroceder unos pasos dejando caer su mano―. Solo será una pequeña demostración que pienso que podría inspirarte.

Eleanor miró la nota, tenía la dirección de la escuela primaria Midwood, le quedaba un poco cerca el vecindario. Hizo una mueca, no tenía idea de que podría ser, pero no preguntaría, se guardó la nota en el bolsillo trasero de sus jeans. Asintió levemente diciendo que estaba de acuerdo. No tenía nada que hacer en las mañanas y lo menos que quería era estar en casa con Annabel y el abuelo empujándola a hablarle, así que tal vez fuera, arriesgándose a ser secuestrada, pero no tenía absolutamente nada que perder, o eso le parecía para ese momento.

Lennox se metió las manos en los bolsillos y se acercó al estante donde ella estaba recostada y tomó uno de los discos de The Plumbers. Hábilmente y sonriendo lo giró entre sus manos y levantó las cejas.

―La primera vez que hablé contigo, no tenía idea de que Milo Piper era tu tío ―dijo. Ella tomó el disco de su mano con suavidad y suspiró mirando la portada―. Supongo que llevas el rock 'n' roll en la sangre, ¿no?

―Eso quiero creer. ―Ella se encogió de hombros.

―Yo creo que sí. ―Lennox la miró ladeando la cabeza.

―¿Por qué viniste aquí realmente? ―preguntó Eleanor, de nuevo a su estado afligido.

―Ya te dije, no tenía nada que hacer y quería darte la genial oportunidad de salir conmigo. ―Lennox se encogió de hombros, con una sonrisa simple―. Pero no me malinterpretes, no es una cita, la última cita que tuve una salió terriblemente mal, eso fue hace dos días, y yo simplemente creo que no llamarlo cito será lo mejor... está científicamente comprobado que son una mierda.