La esgrimista | Minayeon Omegaverse

Tu mejilla

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- Tu mejilla es tan suave que podría dejar millones de besitos en ella - Solto Nayeon terminando su jugo de cajita que Jihyo le había regalado.

- Mi mejilla solo es blandita, eso es todo - Contradijo Mina abrazando sus piernas.

- Aun así, eres un lindo pingüinito tan abrazable - Mina escondió su rostro sonrojado entre el espacio que había entre sus piernas, le avergonzaba que la mayor le llamara "pingüinito" y más si era frente a Sana o Momo, pues las dos siempre la terminaban molestando cuando ya no estaba Nayeon con ellas.

- Awww la pingüina se sonrojo, que linda! - Dijo Nayeon alborotando su aroma al igual que el eucalipto, Mina era un mar de emociones y Nayeon aprovechaba que la menor se ponía tan nerviosa para molestarla.

- Yah Unnie! M-me sonrojas - Murmullo Mina ahora tirándose aire en el rostro.

La sonrisa de una Nayeon victoriosa no desapareció hasta minutos después cuando el aroma de Mina se volvió leve.

- Cuando te presentarás? - Pregunto mirando a la menor, quien escondía sus manitas en las mangas de su sudadera.

- Mañana, me iré unos días con Mamá, Jihyo y mi prima Sakura - La mayor asintió, ya esperaba que la menor regresará como una alfa, alfa que quería solo para ella.

- Cuántos días serán? Se que el camino es largo, pero no quiero que te vayas tantos días - Las ultimas palabras de la mayor hicieron pensar a Mina, talvez la mayor ya se estaba preparando para que regresará como una omega.

- Tres días - Mina solo escuchaba los balbuceos que la Nayeon soltaba a su lado.

- Dame tu sudadera - Que había dicho?

- ¿Que? -

- Que me des tu sudadera, no voy a soportar tres malditos días sin tu aroma - Nayeon había usado su voz de omega con ella, sus piernas temblaron obedeciendo a la mayor, en un abrir y cerrar de ojos, su sudadera había abandonado su cuerpo.

- Marcala con tu aroma - Mina que todavia seguía procesando lo que acababa de ocurrir hizo un sonido dudoso.

- N-no p-puedo - Dijo Mina casi con sudadera en mano.

- Entonces tendré que decirle a Jihyo Unnie que me preste alguno de sus sacos - En un par de segundos el aroma de Mina se sentía por todo el pórtico y parte del jardín, no soportaba la idea de que Jihyo le diera algo se sus pertenencias a Nayeon, aún sabiendo que la mayor era muy delicada con sus cosas.

- No vas a pedirle nada a Jihyo, no es como que la tonta fuera a prestarte algo, ya tienes mi sudadera - Mina hablo tan rápido pero aún así Nayeon logro entender todo a la perfección.

- No le pediría nada a Jihyo Unnie, ya se que tiene alfa, era una excusa para que marcarás la sudadera aunque más bien parece que me marcaste a mi - Nayeon soltó una risa por ver cómo Mina se volvía un tomate de nuevo.

La puerta del hogar Myoui abriéndose asusto a las dos que hacían sentadas en pequeñas escaleras del pórtico, Hyoyeon salió con una gran maleta en sus manos dirigiéndose al auto.