Capítulo 30: Declaraciones

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Andrea

Desayuno en completo silencio, no podemos salir de la casa porque los periodistas nos están acosando tanto que están afuera de la mansión. Ha pasado una semana desde que salió la noticia y están trabajando por una primicia. Entiendo que es su trabajo, pero lo que hacen ya es un atropello. Primero no le tomamos tanta importancia, pero hace dos días superaron los límites cuando nos acosaron a las chicas, a Taddeo y a mi afuera del centro comercial y para completarle me pelee con un periodista porque me empezó a insultar y no iba a permitir que mi sobrino escuchará.

Estamos claro que eso no termino bien, el muy imbécil me empujó cuando lo enfrente y eso solo ocasionó que los guardaespaldas me defendieran. El periodista nos demandó y yo hice lo mismo, mi novio está furioso y quería ir a buscarlo para darle su merecido por haberse metido con su familia. Después, de ese incidente todo empeoró y los hombres de la casa decidieron que lo mejor es que no saliéramos por un tiempo, al menos hasta que esto se calme un poco.

—¡Zia An! (tía) —el grito eufórico de mi sobrino me saca de mis pensamientos, sonrío en su dirección a mi adorado sobrino.

Él pequeño Taddeo, le gusta decirnos "tía o tío" y lo que le sale de nuestro nombre, al no poder pronunciar mi nombre correctamente solo dice "An".

—¿Qué sucede precioso de la tía? —le pregunto con dulzura provocando que él se pare en las piernas de su padre y estire sus bracitos en mi dirección para que lo cargue.

—Taddeo cualquier día te caerás por ser tan lanzado —le reprende su padre con voz suave.

—No regañes a mi bebé —le recrimina su novia.

—Ven, amor —le digo al tiempo que me levanto para acercarme a él y seguidamente cargarlo en mis brazos, mi pequeño sobrino esconde su rostro en el hueco de mi cuello y eso es señal de que solo quiere dormir.

—Pensé que solo yo era tu amor —habla mi novio fingiendo indignación y provocando que todos rompan en carcajadas e incluso Lía, todos lo notamos, pero no decimos nada no cuando esto significa un avance.

—Tengo amor para todos, pero ten en claro que es un amor distinto —le respondo guiñándole un ojo.

—Taddeo ella es mía —le dice a su sobrino.

—Zia, mía —le responde el berrinchudo de Taddeo que es igual a su madre, pero bueno Dante no se queda atrás.

—Ya dejen de pelear, mejor desayunemos tranquilos —dice Donato antes de que todos terminen discutiendo.

Vuelvo a mi lugar con mi ahijado en brazos, mi amado novio se encarga de alimentarme ya que si me muevo mucho despertaré a nuestro sobrinos. Todos hablamos más relajados, hemos pasado, por tanto, pero es lindo saber que tienes a personas que están en los buenos y aún mejor en los malos momentos para ayudarte a salir de allí.

***

Las manos de Dante acarician mi espalda con suavidad mientras me besa con dulzura, este hombre me enloquece puede parecer un hombre cruel y frío, pero cuando está conmigo solo me trata con dulzura y me demuestra el amor que siente por mi, es tan dulce y cursi que si lo contará nadie me creería.

Después de desayunar fuimos a la sala de juegos con mis cuñadas y mi sobrino, él pequeño es de gran ayuda para distraernos un poco, los hombres fueron al despacho y no salieron después de varias horas. Cuando terminamos de almorzar cada pareja se fue a su propia habitación a dormir, pero tal parece que mi amado novio no pensaba dejarme descansar.

Me encuentro arriba de su regazo, mis piernas descansan una a cada lado de su cuerpo mientras que el me sostiene con sus manos.

—Dan... —susurro agitada separándome cuando ya me está costando respirar.

Amor sinceroWhere stories live. Discover now