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Una semana después de los acontecimientos de los capítulos anteriores

-Luna, sal de ahí- Dijo el azabache tratando de sacar a Luna de debajo de la cama

-No quiero! Vete tu solo!- dijo la de cabello bicolor antes de ser sacada de su escondite de un fuerte jalón. Ahora vestía un kimono floreado, su anterior prenda blanca había sido destruida por el ataque de la mujer-araña y estaba demasiado sucio

-Vamos! Hace días que no sales de casa!-

-Y no lo hare! Acaso vas a obligarme?- 

-... Agh bien, te dejare en casa, pero si sabes que estaré mucho tiempo afuera? Lo mas probable es que vuelva en medio de la noche, muuuuy tarde, estas bien con eso?- dijo el azabache mientras peinaba el cabello de la bicolor con sus dedos

-Nada malo me va a pasar- dijo la menor recibiendo un suspiro del mayor 

-Bien, si necesitas algo solo ve a la iglesia, puedes salir de casa y preguntar a la gente donde queda, Minako hoy esta libre, así que ella te puede ayudar en cualquier cosa- dijo el mayor mientras agarraba sus flechas y arco para dirigirse a la puerta y mirar a Luna con una sonrisa -Volveré! Si me muero te jalo las patas por la noche!- finalizo para retirarse

La ahora solitaria chica se levanto del suelo y camino hacia la cocina para preparar lo que le había enseñado cierta fantasma de prendas marítimas, tan pronto termino de cocinar los 3 Onigiris que preparo se sentó a comerlos felizmente

Después de unos segundos se dio cuenta de que no tenia nada que hacer, dirigió su verdosa mirada a la ventana, al ver que ya era el medio día se dispuso a leer, pero no entendió nada de ningún libro al no saber leer, solo entendia las vocales, lo que unico que pudo leer fue << a   i  e a  o o   i o a o>> así que simplemente se detuvo en cada pagina con ilustraciones, inventándose la historia según cada imagen

Para cuando se termino de inventar la historia ya había pasado alrededor de una hora, así que nuestra ahora entretenida protagonista estaba buscando almohadas y prendas de el ausente azabache para armar un pequeño escenario

<<En una gran ciudad con grandes, pero muy grandes calles, existía una investigadora muy famosa, la cual era amada por todos además de ser experta en su trabajo>>

Luna agarró una almohada y la movió hacia ella, aquella almohada vestida con un traje desordenado y mal acomodado ya que la fémina no sabía muy bien cómo acomodarlo

<<Un día la joven fue visitada por una joven de vestimenta elegante—masculina—, cabello negro y un claro apuro "señorita Luna! Es una cosa terrible!" Dijo con pavor la pelinegra>>

Una almohada con un trapo negro en la cabeza—que simulaba ser cabello—estaba siendo manipulada por la fantasma como si se tratará de un títere

<<"Cálmese, damisela. Por favor dígame su nombre y lo que pasa" dijo la investigadora mientras se acomodaba las gafas—que encontró en un cajon—, para luego quitarselas al no ver nada "Me llamo Minako! He sido atacada por una criatura horrible!" Dijo casi gritando la azabache "por favor describa a la criatura" dijo confiada nuestra heroína "Era como...">>

Luna no tenía ni idea de que podía ser la criatura, así que tuvo que parar su juego y buscar algo más que hacer. Empezó a doblar la ropa con la que había jugado, para luego empezar a asear la casa, no deseaba que el dueño del hogar en el que residía gratis se encontrará con el lugar demasiado sucio y se decepcionará de ella.

❁La Rosa Perdida❁Where stories live. Discover now