31 ⌘ Dos Citas y un Acierto

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—¡Qué alegría! —Adele aplaudió emocionada—. Tu madre debe de estar orgullosa.

—Espero poder llevarla conmigo —admitió Alek con un ligero sonrojo en las mejillas.

—Eres adorable —Adele le dedicó una sonrisa maternal antes de mirar sobre el hombro de Alek y sonreírle cuando su hijo y a su marido entraron por la puerta trasera que daba al jardín—. Me encantaría poder quedarme a charlar más contigo, pero tengo que terminar de ayudar a Tailime a arreglarse. ¿Puedes creerlo? ¡Mi niña tiene una cita!

Pues claro, si él era la cita por la que se estaba arreglando.

Alek supuso que Tai había comentado que saldría por la tarde, pero no dio más detalles sobre con quién. Por eso solo sonrió cohibido ante el despiste de Adele, que siguió elogiándose por el trabajo que había hecho durante las vacaciones para mejorar la imagen de su hija.

Fue solo hasta que Adele se detuvo al ver la sonrisa culpable de Alek, pasándose la mano por el cabello en un ademán nervioso, y que su esposo y Kai se detuvieron en la recepción; el último mirando extrañado a su mejor amigo; que supo que había algo más ahí que una mera visita amigable.

—¿Por qué preguntas por mí? —Kai preguntó en su acostumbrado tono seco.

—No lo hice —Alek se encogió de hombros, notando los ojos grises del padre de los mellizos fijos en él, poniéndolo más nervioso de lo que estaba. En definitiva, no se esperaba esa bienvenida.

—Espera —Adele puso un dedo al frente, ignorando la expresión confundida de su hijo y la ceja alzada de su marido—. ¿No vienes con Kai?

Alek se volvió a secar las manos en el pantalón, sonriendo incómodo.

—Vengo por Tailime.

La recepción se quedó en silencio mientras los engranajes de Adele Nazarova giraban para colocar las piezas en su lugar, relacionando la idea de que Alek Ivanov, mejor amigo de su hijo Kai, era la persona por la que su hija estaba tan ofuscada en su habitación, buscando el atuendo perfecto para su primera cita.

—Discúlpenme un momento.

Entonces Adele se levantó del sillón y caminó directo hacia las escaleras, perdiéndose en el segundo nivel.

Alek la siguió con la mirada, y fue hasta que escuchó que alguien se aclaró la garganta que se giró hacia los dos Nazarova remanentes en la recepción.

—Supongo que una charla de hombre a hombre sobre mi hija no te vendría mal, Ivanov —Alexei le dijo, cruzando los brazos con una sonrisa mientras su hijo sonreía burlón.

Tai giró un poco viéndose en el espejo, revisando que el atuendo que había elegido junto con su madre la satisficiera por completo.

Fue agradable llegar de la escuela para ver a sus padres sentados en la mesa esperándolos para comer. Tai abrazó a su madre con fuerza antes de ser envuelta en los brazos de su padre. Había algo en la seguridad de sus abrazos que la hacían sentir mejor después de los últimos días que había tenido, a pesar de que las cosas habían mejorado con la campaña de venta de cupcakes en la escuela.

Después de comentar la razón del viaje (además de los negocios) Kai mencionó sutilmente que Tai necesitaba arreglarse para una cita, logrando que su melliza lo fulminara con la mirada y su madre se abalanzara sobre ella para prepararla para la tarde, incluyendo la ropa que se pondría para impresionar al chico. Constaba de un vestido tejido de color cenizo que había comprado un día antes al salir con Mia y Emma, considerando que las tardes habían comenzado a enfriar con el otoño.

La Historia Entre Los Dos (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora