• 𝐇𝐚𝐫𝐝 𝐓𝐨 𝐋𝐨𝐯𝐞 • [Michaeng, Dahmo, Satzu, 2yeon]

16

—¡Mamáaaaa! —grité.

—¿Qué pasó, Hyo?

—¿Has visto mi vestido blanco? ¡No lo encuentro!

—¿Dónde lo viste por última vez?

—No sé... solo recuerdo que lo lavé y... ¡lo dejé secando! —fui corriendo rápidamente al patio.

No puede ser. Mi vestido se había ensuciado con el polvo de la construcción de al lado.

¿Y ahora con qué me voy al cumpleaños de Daniel?

Llegué a mi cuarto un poco decepcionada y triste y me eché en mi cama.

—¿Lo encontraste? —preguntó mi mamá.

—Sí, pero está sucio —me tapé con las sábanas—. ¿Y ahora con qué voy?

—Ay, Jihyo... tienes muchos vestidos.

—Sí, pero yo quería ese vestido. Ya me había imaginado mi outfit.

—Mmm —buscó en mi clóset—... ¿qué tal este?

—Con ese salí la semana pasada.

—¿Y qué tiene?

—Ya subí fotos con ese.

—¿Y este? —sacó otro vestido.

—No me gusta como me queda.

—¿Qué hay de este? A mí me gusta —dijo.

—A mí también, pero ese es para algún evento en la mañana, no en la noche.

—Este me gusta —sacó un vestido color vino.

—Ese no lo uso desde que acabé el colegio.

—Pruébatelo.

—Está bien.

Hice lo que mi mamá me ordenó y... vaya, no me veo mal.

—Recuerda no venir tan tarde —me abrazó—. ¡Suerte!

—Vendré temprano, lo prometo —sonreí—. Gracias, ¡nos vemos!

Salí de mi casa y me dirigí a la de Daniel.

Somi me había dicho que podía llegar antes, así que eso hice.

Al llegar, toqué la puerta y esperé a que le abrieran.

—¡Park! —saludó Somi—. Pasa.

La casa de Daniel era pequeña pero acogedora. Transmitía buenas vibras.

—Gracias —dije.

—Siéntate.

Hice lo que me dijo y ella se sentó a mi lado.

—Aun no llega nadie —avisó—. Y no lo harán... todavía. Es muy temprano.

—Sí, lo siento... —reí.

—No, tranquila. Tú eres como de la familia —sonrió.

—¡Somi! —se escuchó un grito de Daniel—. ¿¡Has visto mi...!? —Somi interrumpió e igualmente gritó.

—¡Ten cuidado con lo que dices, Jihyo ya está acá!

Daniel se quedó mudo y bajó rápidamente.

—Ji... Hyo —dijo—. Hola.

—Feliz cumpleaños adelantado —sonreí, le di un abrazo y le entregué el regalo.

—Gracias —me sonrió igualmente—. Ya... ya vengo, voy a terminar algo y... y bajo —avisó y se fue.